Reproducción
Después de todo el año de permanecer solos, en la primera mitad de la primavera (de mazo a mayo, aunque lo más frecuente es en abril) machos y hembras de la especie panda se reúnen. Sin embargo, sólo algunos ejemplares lo hacen, pues una buena parte es demasiado joven, otra demasiado vieja y numerosas hembras están aún cuidando sus crías; en la actualidad, además, el aislamiento y la baja densidad de las poblaciones hace que muchas veces los machos y las hembras aptos y disponibles simplemente no se encuentren, lo cual provoca una lamentable pérdida de potencial reproductivo. Esta afirmación puede parecer exagerada, peor no lo es en absoluto, pues la hembra sólo está en celo unos pocos días al año, a veces uno solo y, como máximo, cinco. Así, a menudo sucede que, a pesar de producirse el encuentro, éste tiene lugar en un momento en el que la hembra no está receptiva, por lo que la fecundación será imposible. En algunas zonas es posible que varios machos hayan percibido el olor característico de la hembra en celo y se acerquen a la vez. En este caso, los machos pelearán –más que una pelea se trata de un forcejeo- para ver cuál tiene más fuerza. El vencedor permanecerá con la hembra un par de días, o puede que uno solo, durante los que se aparearán numerosas veces.