PaCO Magazine 033 - Noviembre 2019 PaCO 033 - NOVIEMBRE 2019 | Page 38
Palenzuela
Una sorpresa capa a capa
Con Naide Nóbrega
Un día de estos, íbamos camino a
Burgos en familia cuando me fijé
en el cartel de la carretera indican-
do la salida para Palenzuela. Le co-
menté a mi marido que llevábamos
ya tres años viviendo en Palencia
y yo seguía sin conocer el pueblo.
De repente, un volantazo y salimos
de la autovía. El querido conductor
nos cogió de susto, pero me dejó
con la buena sensación de que
estaba con un regalo sorpresa en
las manos. Hasta entonces, todo
lo que yo conocía de allí eran tan
solo sus buenos vinos y las famo-
sas cebollas.
No me imaginaba que el susto
mayor no sería lo del volantazo,
sino ver de frente unas ruinas tan
majestuosas como las de Santa
Eulalia. Incliné la cabeza desde
dentro del coche para ver las rui-
nas con la boca abierta y auténtica
cara de guiri. ¿Qué me cuentas?
¡Qué restos fantásticos tienen
aquí! Cuando bajamos, mi marido,
palentino de toda la vida, me mira-
ba con orgullo y también con una
pizca de culpa por no haberme
comentado nunca sobre aquella
maravilla.
Nuestras niñas corrieron bajo
aquellos arcos de 800 años y yo
traté de hacer decenas de fotos de
aquella Palencia Viva, de aquellas
piedras seculares que jamás mo-
rirán. Como marco para las imá-
genes había unas flores preciosas
que se encontraban a los pies del
monumento. De pronto, me volvió
aquel sentimiento de: ¡Qué lugares
tiene Palencia! E, infelizmente, qué
poco se sabe de todo esto más
allá, desde fuera del bosque.
Ya nada nos sacaría de Palen-
PaCO | Turismo | 38
zuela aquella tarde. Seguimos
de ruta por el pueblo. Avistar el
puente medieval sobre el Arlanza
y contemplar aquel paisaje te lleva
un poco a la España de Carlos V
(huésped por una noche en su reti-
rada hacia el monasterio de Yuste),
a la Palenzuela de nuestros ante-
pasados, cuando todo aquello era
un recinto amurallado y protegido
por un castillo. También te lleva a
pensar en la España de hoy, con
sus cultivos y su patrimonio pre-
servado. Y más en este caso, ya
que la localidad es Bien de Interés
Cultural por su Conjunto Histórico
Artístico.
No es de extrañar que cuidemos
mucho de un lugar que, aunque
pequeñito, guarda grandiosas be-
llezas, además de importantes ha-
llazgos arqueológicos y los restos
del castillo y las murallas. Cosas de
las que puedes saber más si visitas
el Museo de la Torre del Reloj del
Ayuntamiento, que está exacta-
mente donde fue un día la puerta
de la ciudad amurallada. Encontra-
rás documentos, la explicación de
la evolución del casco urbano, pie-
zas arqueológicas y otros puntos
interesantes. Un sitio que ya sirvió
de cárcel, vivienda y almacén, hoy
está volcado en la divulgación his-
tórica y patrimonial palentina.
También merecen tu visita la er-
mita de la Virgen de Allende el Río
y las tres naves de la iglesia de San
Juan Bautista. ¡Qué sitio! Para una
guiri como yo, me parece mal no
conocer lugares tan preciosos e
importantes. Para un español, me
parece imperdonable. Si toda-
vía no has estado (o hace mucho
tiempo que no vas por allí), prepá-
rate para una inmersión en el pue-
blo. Así como una buena cebolla,
esta muy noble y leal villa te sor-
prenderá capa a capa.