Outlander Magazine Número 6 (enero 2018) | Page 37
faldas, para dejar al descubierto capas más coloridas, y tocados
más dramáticos una vez despojados de sus turbantes.
“Todos hemos visto alguna ceremonia vudú en varios miles de
malas películas a lo largo de los años. Nuestra premisa básica
en esta serie, y eso vale para todo lo que hacemos, es encontrar
una razón práctica, un sentido lógico. – ¿Cómo lo conseguirías y
cuanto esfuerzo realizarías para ello? “explica Dresbach, “Yo
siempre solía decir sobre Escocia, ‘Vives en una pequeña casita,
con cuatro cabras, una vaca y tus parientes: ¿cuánto t iempo em-
plearías en buscar el tono exacto de rosa?’ Ahora que estamos
hablando sobre la esclavitud, ¿cuáles son sus recursos y como
de elaborado y complicado ha de ser su vestuario? Se visten con
remiendos que encuentran en su entorno, así que se trata más
bien de unir retales dispares entre sí, en vez de crear un vestuario
nuevo e increíble.”
El concepto de reutilizar vestidos impregna la tercera tempo-
rada y añade otra capa de realidad y realismo a la serie - en el
episodio final, Claire todavía lleva puesta una versión reducida
del bat-vestido que ella misma cosió en Boston cuando se estaba
preparando para volver al pasado, mientras que el traje de Jamie
es el mismo que utilizó en Francia en la segunda temporada.
“Una vez adulto, se esperaba que tu ropa te durase toda tu
vida,” dice Dresbach. “El traje negro de Jamie, si te fijas bien,
verás que hay zonas en las que el bolsillo no es el mismo, los bo-
tones se han reemplazado, los puños se han remendado, y eso
es lo que la gente hacía por aquel entonces. Es un enfoque dife-
rente a nuestra relación actual con la ropa.”
A pesar de que el vestuario es mucho menos llamativo en la
tercera temporada, que el de Paris en la temporada anterior, no
reduce la carga de trabajo del departamento de vestuario - cada
look tiene múltiples versiones, y cada versión tiene que ser en-
vejecida y modificada para coincidir con las experiencias del per-
sonaje.
Dresbach admite, “Perdí la cuenta” de cuantos bat-vestidos se
crearon para esta temporada, pero se recuerda advirtiendo a su
equipo que tendrían que hacer mínimo 12 – También se utilizaron
alrededor de 30 blusas para Claire durante el rodaje en Sudáfrica
(cuando el equipo ya estaba en Escocia trabajando en el vestua-
rio de la cuarta temporada).
“Por supuesto, el reto no es que todo el mundo se canse de
ver el mismo vestido una y otra vez, si no que para el público re-
sulte creíble y quiera verlo muchas veces, así que tiene que ser
muy versátil. Y la forma de conseguirlo es: envejecerlo y rom-
perlo, siguiendo lo que pasa en la historia,” dice. “Literalmente
ves a Claire desintegrarse cuando empieza ese loco viaje, y al
final del mismo, a duras penas se mantiene de una pieza.”
ABANDAWE
Finalmente, el desenlace viene gracias a Geillis, que amenaza
con matar tanto al Joven Ian como a Brianna en su empeño de
restablecer a un escocés en el trono.
Durante mi semana en el plató, la pintura todavía se está se-
cando en la cueva, y el rodaje no empezará hasta que yo me
haya ido, pero la expectación es enorme.
Durante nuestra conversación, Verbeek me dice que “mental-
mente todavía no ha asumido del todo,” el hecho de soltar a Gei-
llis, pero aun así me ofrece su opinión sobre el dramático final de
su personaje: “Creo que es una muerte bonita, porque sucede en
el momento álgido de la persecución de su noble causa, y te pue-
des preguntar si se arrepiente de algo, o si volvería a hacer lo
mismo si pudiese. Yo creo que sí lo haría. Creo que es una es-
cena bonita. Se tardará unos tres días en rodarla, porque esta-
mos Cait y yo a un lado de la cueva, y luego Sam y Hércules en
el otro, así que requerirá cierta logística.”
Ese claustrofóbico espacio supuso algún reto durante el rodaje.
Roberts me lo cuenta ya de vuelta en Los Ángeles, en noviembre,
cuando nos encontramos en las oficinas de la productora, para
discutir el proceso de post-producción del episodio final con
Moore.
“Fue más difícil, porque solo disponía de esos dos lugares
donde podíamos filmar. Había un gran estanque de agua en el
centro, que me limitaba bastante,” recuerda Roberts. “Rodé toda
la pelea, de forma que Ron pudiese cortar y utilizar lo mucho o
poco que necesitara. Y luego el otro lado, con toda la escena
entre Claire y Geillis, así podíamos desplazarnos entre una y otra
lo mejor posible, según necesidad.”
Los efectos especiales como la tormenta pueden ser realmente
impresionantes, pero son los pequeños detalles añadidos - los
que se supone que tienen que pasar desapercibidos - que pue-
den resultar especialmente difíciles, y la escena en la cueva con-
tenía unos cuantos.
“Creo que el cuerpo de Geillis muerta es uno de ellos… hay
ciertas cosas en las cuales el ojo del espectador repara, y sabe
al momento si están bien o no,” dice Roberts.
“La sangre que fluye resultó ser un coñazo,” admite Moore. “Du-
rante toda la serie, desde el principio, tenemos a personajes a
los que matan y se supone que hay sangre que fluye a borboto-
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