Outlander Magazine Número 5 (noviembre 2017) | Page 24

Enrique VII de Inglaterra tentos de Jacobo I por hacer un país mejor y terminar con estas prácticas, su muerte prematura sumió a Escocia durante más de un siglo en esta oscura práctica medie- valista. “los nobles vieron la opor- tunidad de deshacerse del rey conspirando para darle muerte” Su esfuerzo constante fue para disminuir el poder de los grandes, que vivían en sus tierras totalmente indepen- dientes al monarca o al reino, y hacían respetar sus propias leyes; sin pestañear siquiera a la hora de enfrentarse a otros clanes o incluso al mismo rey. Por ello, Jacobo intentó aplacar a esta no- bleza mediante incautación de bienes e impuestos, los cuales eran necesarios en ese momento para hacer frente a los problemas del reino escocés, por lo que tu- vieron que ser cobrados tam- bién a las gentes pobres escocesas, que no acostum- braban a pagar impuestos dadas sus condiciones. De esta manera, sin quererlo, el rey Jacobo I se enemistó con la nobleza y con el pueblo, profesándole un odio tal, pensando que era todo moti- 24 OUTLANDER MAGAZINE vo de la avaricia del mo- narca, que los nobles vieron la oportunidad de desha- cerse del rey conspirando para darle muerte. Así pues, el 20 de Febrero de 1437, el monarca fue aco- rralado y asesinado por los conspiradores en la Abadía de Perth, en un acto total- mente sangriento, en el que se llegaron a contar dieciséis puñaladas solamente en el pecho. Después de esto, la reina persiguió sangrienta- mente a todos los conspira- dores y los ajustició. Terrible fin para un monarca que no pensó más que en su pueblo y su país, y que pasó la mayor parte de su vida en- carcelado en Inglaterra, a merced del monarca británico. Aún así, su muerte sí fue llorada por las gentes de Escocia, aunque ya era demasiado tarde. Tras la muerte de Jacobo I, le sucedió su hijo, Jacobo II, que contaba con sólo seis años de edad, por lo que Es- cocia volvía a estar envuelta en la discordia de la regen- cia, que no hacía más que debilitar el país. A pesar de la dificultad que suponía gober- nar un país como Escocia, Jacobo II supo cómo hacerlo, reinando con mano firme y justa, de tal manera que el reino escocés gozó de un reinado tranquilo y lleno de paz, hasta 1450. Jacobo II se puso como una meta propia recuperar la fortaleza de Roxburgh, situada en la fron- tera con Inglaterra, y que se encontraba bajo el poder de los británicos desde la Bata- lla de Durham en la que el rey David II fue hecho prisio- nero de los ingleses. Desgraciadamente, a los pies del castillo, donde se encontraba el ejército es- cocés sitiando la fortaleza, uno de los cañones reventó al ser disparado; con tal mala suerte que una de las piezas salió disparada hacia el mo- narca y lo mató en el acto. Ante esta situación, el ejército empezó a desmorali- zarse; sin embargo, apareció la reina María de Gueldre, que llevaba de la mano al joven Jacobo III, de ocho años de edad, y mediante un discurso levantó el ánimo de los allí presentes, que