OTWO Magazine September 2020 | Page 52

figures. It was years later when L. Bergmann located two Palaeolithic representations of a doe and of a horse protome, giving new value to this magnificent cave (Bergmann, 2009). At a vantage point overlooking the cove of Bolonia, is the Cueva del Moro (our Sistine chapel of rock art in the extreme south of the Iberian Peninsula), where Lothar Bergmann’s discovery gave us one of our most important examples of Palaeolithic motifs. Along its walls are 6 horse protomes, one of a deer, dots painted with finger tips forming abstract clouds and rows of paired dots made with a reddish pigment. The highlight of the Equidae panel is the figure of a pregnant mare with the stylistic feature of a “duck billed” head measuring 1.00 x 0.75 m, dating back to the Solutrean period (Mas et al., 1995). The Sierra de la Plata stands out in the cove of Bolonia in Tarifa, where in addition to the above enclaves, are two other rock shelters. Although the presence of these shelters was well known, they were not included in the group of Palaeolithic enclaves until a few decades ago, (Hiker and Vulture II). There is very little known about the Caminante cave since there is little documentation about it. Discovered by L. Bergmann in 2009, two depictions of equines were discovered on its walls in a very poor state of preservation. The curious thing about this art, is that the painter created them using the relief of the rock as support and painted the horse’s profiles in one red stroke. Another cave with little known about it is Vulture II. Discovered by L. Bergmann in a state of semi collapse, its motif of a figure of a bear painted in an intense red pigment is unique in the area. (Bergman, 2009). The Jara I cave, discovered in 1992 by L. Bergmann, is located within a limestone slab in the foothills of the Sierra de la Plata and is difficult to access. Its large dimensions, with an entrance width of 12m, a height of 4m, and a depth of 9m, contains a painting of a deer protome painted in red tones and various schematic symbols. The Cueva del Realillo I, discovered by Mario Arias in 1987, is located on a rocky peak with difficult access. It has several schematic motifs and a single Palaeolithic motif of an almost complete equine of small dimensions, discovered by L. Bergmann in 1999. sus descubridores Uwe y Uta Topper en 1975 ya la denominaron Atlanterra (Topper y Topper, 1988) por la urbanización cercana con el mismo nombre, aunque no localizaron ningún motivo paleolítico, solo observaron figuras esquemáticas, años más tarde L. Bergmann localizo dos representaciones paleolíticas de una cierva y un prótomo de équido, dando un nuevo valor a esta magnífica cueva (Bergmann, 2009). Como un observatorio de la ensenada de Bolonia, se encuentra la cueva del Moro (nuestra capilla Sixtina del arte rupestre en el extremo sur de la península ibérica), donde Lothar Bergmann con su descubrimiento, nos aportó, uno de los principales referentes de motivos grabados paleolíticos, donde por sus paredes se reparten 6 prótomos de équidos, uno de cérvido y puntuaciones digitales formando nubes abstractas e hileras de puntos pareados realizados con un pigmento en tono rojizo, y destacando en el panel de los équidos, la figura de una yegua preñada con el rasgo estilístico de cabeza en “pico de pato”, y de grandes dimensiones 1,00 x 0,75 m., datada con una cronología Solutrense (Mas et al., 1995). La Sierra de la Plata destacando en la ensenada de Bolonia, Tarifa, cuenta además de los enclaves anteriores, con dos abrigos, que aunque ya conocidos, no fue hasta hace varias décadas que no fueron incluidos en el grupo de enclaves paleolíticos, (Caminante y Buitre II). Una de las cavidades más desconocidas, es la cueva del Caminante, pues existe poca documentación sobre la misma, fue descubierta por L. Bergmann en 2009, hallando entre sus paredes dos representaciones de équidos, en muy mal estado de conservación, lo curioso de estas grafías, es que el autor las realizo utilizando como soporte el relieve de la roca y pintando el perfil del mismo con un trazo de color rojo. Otra de las grandes desconocidas es la cueva del Buitre II, se encuentra en una situación de semi derrumbe, fue descubierta por L. Bergmann y cuenta con un motivo singular en la zona, la figura de un oso, pintado con un tono de pigmento rojo intenso (Bergman, 2009). La cueva de la Jara I, descubierta en 1992 por L. Bergmann, se sitúa en una laja de piedra caliza, en las estribaciones de la Sierra de la Plata, con difícil acceso y de grandes dimensiones, con un ancho de boca de entrada de 12m., con una altura de 4 m., y una profundidad de 9 m., cuenta con una pintura de 50 OTWO 14 / SEPTEMBER 2020