figures. It was years later when L. Bergmann located
two Palaeolithic representations of a doe and of a
horse protome, giving new value to this magnificent
cave (Bergmann, 2009).
At a vantage point overlooking the cove of Bolonia,
is the Cueva del Moro (our Sistine chapel of rock
art in the extreme south of the Iberian Peninsula),
where Lothar Bergmann’s discovery gave us one of
our most important examples of Palaeolithic motifs.
Along its walls are 6 horse protomes, one of a
deer, dots painted with finger tips forming abstract
clouds and rows of paired dots made with a reddish
pigment. The highlight of the Equidae panel is the
figure of a pregnant mare with the stylistic feature of
a “duck billed” head measuring 1.00 x 0.75 m, dating
back to the Solutrean period (Mas et al., 1995).
The Sierra de la Plata stands out in the cove of
Bolonia in Tarifa, where in addition to the above
enclaves, are two other rock shelters. Although the
presence of these shelters was well known, they
were not included in the group of Palaeolithic enclaves
until a few decades ago, (Hiker and Vulture
II). There is very little known about the Caminante
cave since there is little documentation about it. Discovered
by L. Bergmann in 2009, two depictions of
equines were discovered on its walls in a very poor
state of preservation. The curious thing about this
art, is that the painter created them using the relief
of the rock as support and painted the horse’s profiles
in one red stroke. Another cave with little known
about it is Vulture II. Discovered by L. Bergmann in a
state of semi collapse, its motif of a figure of a bear
painted in an intense red pigment is unique in the
area. (Bergman, 2009).
The Jara I cave, discovered in 1992 by L. Bergmann,
is located within a limestone slab in the
foothills of the Sierra de la Plata and is difficult to
access. Its large dimensions, with an entrance width
of 12m, a height of 4m, and a depth of 9m, contains
a painting of a deer protome painted in red tones and
various schematic symbols.
The Cueva del Realillo I, discovered by Mario
Arias in 1987, is located on a rocky peak with difficult
access. It has several schematic motifs and a
single Palaeolithic motif of an almost complete equine
of small dimensions, discovered by L. Bergmann
in 1999.
sus descubridores Uwe y Uta Topper en 1975 ya la
denominaron Atlanterra (Topper y Topper, 1988) por
la urbanización cercana con el mismo nombre, aunque
no localizaron ningún motivo paleolítico, solo
observaron figuras esquemáticas, años más tarde L.
Bergmann localizo dos representaciones paleolíticas
de una cierva y un prótomo de équido, dando un nuevo
valor a esta magnífica cueva (Bergmann, 2009).
Como un observatorio de la ensenada de Bolonia,
se encuentra la cueva del Moro (nuestra capilla
Sixtina del arte rupestre en el extremo sur de la península
ibérica), donde Lothar Bergmann con su descubrimiento,
nos aportó, uno de los principales referentes
de motivos grabados paleolíticos, donde por
sus paredes se reparten 6 prótomos de équidos, uno
de cérvido y puntuaciones digitales formando nubes
abstractas e hileras de puntos pareados realizados
con un pigmento en tono rojizo, y destacando en el
panel de los équidos, la figura de una yegua preñada
con el rasgo estilístico de cabeza en “pico de pato”,
y de grandes dimensiones 1,00 x 0,75 m., datada con
una cronología Solutrense (Mas et al., 1995).
La Sierra de la Plata destacando en la ensenada
de Bolonia, Tarifa, cuenta además de los enclaves
anteriores, con dos abrigos, que aunque ya conocidos,
no fue hasta hace varias décadas que no fueron
incluidos en el grupo de enclaves paleolíticos,
(Caminante y Buitre II). Una de las cavidades más
desconocidas, es la cueva del Caminante, pues existe
poca documentación sobre la misma, fue descubierta
por L. Bergmann en 2009, hallando entre sus
paredes dos representaciones de équidos, en muy
mal estado de conservación, lo curioso de estas
grafías, es que el autor las realizo utilizando como
soporte el relieve de la roca y pintando el perfil del
mismo con un trazo de color rojo. Otra de las grandes
desconocidas es la cueva del Buitre II, se encuentra
en una situación de semi derrumbe, fue descubierta
por L. Bergmann y cuenta con un motivo singular en
la zona, la figura de un oso, pintado con un tono de
pigmento rojo intenso (Bergman, 2009).
La cueva de la Jara I, descubierta en 1992 por L.
Bergmann, se sitúa en una laja de piedra caliza, en
las estribaciones de la Sierra de la Plata, con difícil
acceso y de grandes dimensiones, con un ancho de
boca de entrada de 12m., con una altura de 4 m., y
una profundidad de 9 m., cuenta con una pintura de
50 OTWO 14 / SEPTEMBER 2020