sible hacerse una idea aproximada de la cantidad de
colillas que estamos echando al mar, la acumulación
de estos residuos está resultando altamente tóxica
para la vida marina.
Catorce de cada cien residuos retirados en las
playas son filtros de cigarrillos, según indican es-
tudios realizados por Ecologistas en Acción. Desde
Verdemar alertan de la contaminación ambiental y
del riesgo para la salud de las colillas de cigarrillos,
lo que consideran como el tabaquismo “de cuarta
mano”, ya que son la primera fuente de basura en
el mundo y tardan entre ocho y doce años en des-
componerse.
Los ecologistas afirman que en España se fuman
al día unos 89 millones de cigarrillos, lo que supo-
nen 32.455 millones de colillas desechadas al año,
según datos del Comité Nacional para la Prevención
del Tabaquismo. Aún sin saber cuántas de ellas aca-
ban en el suelo, Verdemar considera que “lo que sí
sabemos es que las que quedan en el suelo pueden
ser arrastradas por la lluvia hacia los cursos fluvia-
les, llegando a las costas. Además no nos tenemos
que olvidar de la cantidad de colillas que acaban en
el mar por el simple hecho de que se han tirado en
la playa”. Añaden que “en los últimos 50 años, prác-
ticamente todos los cigarrillos que se venden llevan
un filtro de acetato de celulosa, un componente fo-
todegradable pero no biodegradable, y aunque los
rayos ultravioleta provenientes del sol pueden even-
tualmente romper el filtro en pequeñas piezas en
condiciones ideales del medio ambiente, el material
fuente nunca desaparece, y esencialmente se diluye
en el agua y en el suelo”.
El problema fundamental radica en la toxicidad
que acumulan. El filtro de las colillas está diseñado
para acumular los componentes del tabaco, inclui-
das las sustancias químicas más nocivas que son li-
beradas en contacto con el agua. Por tanto, “cuando
llegan a los ríos e incluso al mar, desprenden dichas
sustancias, lo que supone una grave amenaza para
la biodiversidad”. Por todo ello, Verdemar Ecologis-
tas en Acción insta a gobiernos y administraciones
a “abordar de forma inmediata los problemas de la
reciclabilidad, la biodegradabilidad, la presencia de
sustancias peligrosas en los plásticos y los objetivos
de desarrollo sostenible de reducir significativamen-
te los desechos marinos”.
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OTWO 02 / SEPTEMBER 2019
OTWO 02 / SEPTEMBER 2019
sible hacerse una idea aproximada de la cantidad de
colillas que estamos echando al mar, la acumulación
de estos residuos está resultando altamente tóxica
para la vida marina.
Catorce de cada cien residuos retirados en las
playas son filtros de cigarrillos, según indican es-
tudios realizados por Ecologistas en Acción. Desde
Verdemar alertan de la contaminación ambiental y
del riesgo para la salud de las colillas de cigarrillos,
lo que consideran como el tabaquismo “de cuarta
mano”, ya que son la primera fuente de basura en
el mundo y tardan entre ocho y doce años en des-
componerse.
Los ecologistas afirman que en España se fuman
al día unos 89 millones de cigarrillos, lo que supo-
nen 32.455 millones de colillas desechadas al año,
según datos del Comité Nacional para la Prevención
del Tabaquismo. Aún sin saber cuántas de ellas aca-
ban en el suelo, Verdemar considera que “lo que sí
sabemos es que las que quedan en el suelo pueden
ser arrastradas por la lluvia hacia los cursos fluvia-
les, llegando a las costas. Además no nos tenemos
que olvidar de la cantidad de colillas que acaban en
el mar por el simple hecho de que se han tirado en
la playa”. Añaden que “en los últimos 50 años, prác-
ticamente todos los cigarrillos que se venden llevan
un filtro de acetato de celulosa, un componente fo-
todegradable pero no biodegradable, y aunque los
rayos ultravioleta provenientes del sol pueden even-
tualmente romper el filtro en pequeñas piezas en
condiciones ideales del medio ambiente, el material
fuente nunca desaparece, y esencialmente se diluye
en el agua y en el suelo”.
El problema fundamental radica en la toxicidad
que acumulan. El filtro de las colillas está diseñado
para acumular los componentes del tabaco, inclui-
das las sustancias químicas más nocivas que son li-
beradas en contacto con el agua. Por tanto, “cuando
llegan a los ríos e incluso al mar, desprenden dichas
sustancias, lo que supone una grave amenaza para
la biodiversidad”. Por todo ello, Verdemar Ecologis-
tas en Acción insta a gobiernos y administraciones
a “abordar de forma inmediata los problemas de la
reciclabilidad, la biodegradabilidad, la presencia de
sustancias peligrosas en los plásticos y los objetivos
de desarrollo sostenible de reducir significativamen-
te los desechos marinos”.
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