AMAZON ABLAZE
The month of August saw some of the worst fires
in the Amazon’s history ravaging areas of vital rain-
forest, destroying thousands of acres of forestland,
killing or displacing thousands of species as well as
endangering the indigenous tribes that live there.
These fires are still raging on after initial weeks
saw little to no action from the Brazilian president,
Jair Bolsonaro and his government. Only in the last
couple of weeks has action been taken, with firefi-
ghters beginning to tackle large areas of forest fires
and the government imposing a ban on land clearan-
ce fires for the next 60 days.
This year has seen the worst wildfires in the area
since 2010 with 93,000 fires ablaze at the beginning
of September, an increase of more than 60% compa-
red to the same time last year.
The importance of the Amazon cannot be over-
looked. Described as the worlds ‘air conditioner’, it
helps to cool the planet and slow the pace of global
warming by absorbing vast amounts of carbon dioxi-
de from the atmosphere.
As the world’s largest rainforest, it is the most
species-rich place in the world, with hundreds of
new plant and animal species being discovered each
year. It is home to hundreds of indigenous tribes,
many of whom have not made contact with the out-
side world. It also affects rainfall and weather pat-
terns in South America and across the globe.
The Amazon is not an area that naturally produces
fires. For centuries humans have burned areas of its
land to make way for agriculture, with deforestation
peaking in the late 1990’s/early 2000’s. But efforts
throughout the mid-2000s saw deforestation redu-
ced by 60%-80%.
However, according to the National Institute for
Space Research, deforestation has gone up by 50%
since Jain Bolsonaro was elected last year. Since the
beginning of 2019 illegal logging has increased and
legislation to protect Brazils forest has been weake-
ned in a move to allow for an increase in agricultural
activity. In turn, this has seen a spike in intentionally
set wildfires to clear forest areas for farmland.
Alarm amongst the international scientific com-
munity is mounting, with early signs indicating that
the Amazon is reaching a ‘tipping point’ beyond
which it will be difficult for it to recover, with fears
that even a small increase in deforestation could
cause the rainforest to morph into a woodland
savannah.
Virgin areas of the rainforest do not easily burn
due to high levels of humidity. The areas currently
burning are parts that have been logged, left to dry
out and then ignited to clear the land for crops and
cattle. The concern is that with an increase in de-
forestation through diminishing legislation, will see
an increase in droughts which will compound future
fires and destroy even more land. Combined with
rising global temperature, the Amazon could transi-
tion into woodland, which would cause a catastro-
phic loss of biodiversity, less CO2 absorption from
the atmosphere and less rainfall.
Although this terrible downturn in protections
seems bleak, the world’s largest rainforest is not yet
doomed. More robust legislation to limit the clearing
of land for agriculture and programmes to re-esta-
blish destroyed forest land could help to reverse the
adverse effects of deforestation.
Brazil, other Amazon nations and the international
community have to ensure that one of the most vital
and diverse biomes on our beautiful planet is nurtu-
red and protected.
Arde el Amazonas
Durante el mes de agosto se han producido algunos
de los peores incendios en la historia del Amazonas,
arrasando áreas vitales de selva tropical, destruyen-
do miles de hectáreas forestal, matando y despla-
zando a miles de especies animales y poniendo en
peligro a los indígenas que allí habitan.
DUrante las primeras semanas la inacción del
presidente brasileño, Jair Bolsonaro y su gobierno,
fueron la tónica. Tan solo durante las últimas sema-
nas se han tomado algunas medidas, adentrándose
los bomberos en grandes áreas forestales incendia-
das y dictándose una prohibición gubernamental que
impide durante los próximos sesenta días hacer fue-
go en las denominadas “quemas controladas”.
2019 ha sido testigo de los peores incendios fo-
restales en el área amazónica desde 2010 con 93.000
fuegos a principios de septiembre. Más de un 60%
de incremento con el mismo periodo del pasado año.
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OTWO 03 / OCTOBER 2019
OTWO 03 / OCTOBER 2019
Hay que pararse en la importancia del Amazonas.
Denominado el “aire acondicionado” del planeta, su
ayuda como refrigerador de la temperatura al absor-
ber grandes cantidades de dióxido de carbono de la
atmósfera, es primordial para el globo terrestre.
Esta selva tropical, es la zona más rica en espe-
cies animales y plantas, descubriéndose aun cente-
nares de especies anualmente. Es el hábitat de cien-
tos de tribus indígenas, donde destacamos aquellas
que jamás se han puesto en contacto con el mundo
exterior. Su estado, influye en los patrones del clima
y lluvias de Sur América.
El Amazonas no produce incendios de forma na-
tural. La humanidad, durante siglos, ha quemado
áreas de su espacio para la agricultura. alcanzando
el punto álgido de su deforestación en la década
1990/2000, aunque debemos destacar que los es-
fuerzos de mediados del 2000, consiguieron reducir-
la entre un 60-80%.
A sensu contrario, el Instituto Nacional de Investi-
gación Espacial ha confirmado que desde la elección
del presidente Jain Bolsonaro, la deforestación ha
aumentado un 50%. La tala ilegal ha aumentado
desde principios de 2019 y la legislación para prote-
ger el bosque brasileño, se ha debilitado, para per-
mitir la actividad agrícola. A lo que debemos sumar
el aumento de intencionados incendios forestales,
con la misma intencionalidad.
La situación ha hecho aumentar la alarma entre
la comunidad científica internacional, al reconocer
que el Amazonas está llegando a un “punto de in-
flexión” desde el que sería difícil recuperarse, inclu-
so temiendo que la devastación de la selva tropical
lo conduzca a se una sabana arbolada.
En la selva tropical, las áreas vírgenes, no arden
con facilidad debido a su elevado nivel de humedad.
Las zonas que se están quemando en la actualidad,
son aquellas que se talaron, se dejaron secar y pos-
teriormente se quemaron para cultivos y ganado. La
mayor preocupación es que la legislación existente
permite una mayor deforestación que aumentará la
sequía, agravará los incendios y destruirá más hec-
táreas de selva. Esto unido al aumento de la tem-
peratura global, podría cambiar la naturaleza del
Amazonas a zona de bosque, originando pérdidas
catastróficas de biodiversidad, menor capacidad de
absorción de CO2 y disminución de lluvias.
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