OTWO Magazine May 2020 | Page 32

What is more, a sedentary lifestyle and bad ea- ting habits often associated with the urban way of life has turned childhood obesity into a global epi- demic, one which the World Health Organisation has warned about for some time. According to data from the Ministry of Health, in Spain, 14% of children and young people under the age of 24 are obese. Among the causes, alongside eating habits are increasingly sedentary childhood leisure activities: Spanish chil- dren spend an average of 3 hours a day watching television, playing video games, or connected to the internet. Nature deficit disorder But beyond the health impacts of urban life des- cribed above, many studies are revealing that this increased separation from nature has other more subtle implications on health, psychology, attitudes, and social behaviours, particularly in children. In his paper, Louv coins the term ‘nature deficit disorder’, which, while not a medical diagnosis, does describe the human cost of alienation from nature. This ran- ges from diminished use of the senses – the World Health Organisation has recently identified increa- sed myopia in children, to attention difficulties and higher rates of physical illness and psychological disorders. The most interesting studies are increasingly fo- cused not on what we lose when we separate our- selves from nature, but on what we gain when we get closer to it. For example, one of the recommen- dations from health authorities against a sedentary lifestyle and childhood obesity is that children enga- ge in at least one hour of physical activity each day. However, various studies suggest that for physical exercise to be truly effective it should be practiced through unstructured play, relying on imagination and especially exploration, methods that are much more varied and less time limited than organised sport. Playing in natural settings provides just that, but the opportunity to do so is something that chil- dren have missed out on in recent decades. Some research has established a relationship between playing in natural areas predominately covered in uneven terrain, rocks, and trees, with a greater de- velopment in children’s motor skills. As opposed to a diminished development in motor skills when play takes place on pre-made playgrounds, commonly 30 OTWO 10 / MAY 2020 OTWO 10 / MAY 2020 dióxido de nitrógeno y ozono provoca casi medio mi- llón de muertes prematuras al año —33 mil en Espa- ña—. Los efectos son especialmente significativos en niños, en los que se disparan las urgencias hos- pitalarias por infecciones respiratorias coincidiendo con picos de contaminación. Por otro lado, el sedentarismo y los malos hábi- tos alimentarios, asociados al modo de vida urbano, han convertido la obesidad infantil en una epidemia mundial, de la que la Organización Mundial de la Sa- lud lleva tiempo alertando. En España, un 14% de los niños y jóvenes menores de 24 años son obe- sos, según datos del Ministerio de Sanidad. Entre las causas, junto a los hábitos alimentarios, destaca un ocio en la infancia cada vez más sedentario: los niños españoles pasan una media de 3 horas al día viendo televisión, jugando con videojuegos o conec- tados a internet. El trastorno por déficit de naturaleza Pero, más allá de los impactos de la vida urba- na en la salud antes descritos, la separación cada vez mayor de la naturaleza tiene otras implicaciones más sutiles en la salud, la psicología, las actitudes y los comportamientos sociales, especialmente de los niños, que un número creciente de investiga- ciones está poniendo en evidencia. En su ensayo, Louv propone el término trastorno por déficit de na- turaleza, que, aunque no se trata de un diagnóstico médico, permite describir los costes humanos por la alienación de la naturaleza, que van desde un uso disminuido de los sentidos —como ha reconocido recientemente la Organización Mundial de la Salud con la miopía en niños—, a dificultades de atención e índices más elevados de enfermedades físicas y trastornos psicológicos. Las investigaciones más interesantes se centran, cada vez más, no tanto en lo que perdemos cuando nos separamos de la naturaleza, como en lo que ga- namos cuando nos acercamos a ella. Por ejemplo, una de las recomendaciones de las autoridades sa- nitarias contra el sedentarismo y la obesidad infantil es que los niños realicen al menos una hora al día de actividad física. Sin embargo, diversos estudios apuntan a que el ejercicio físico realmente efectivo es el que se practica a través del juego no estruc- turado, basado en la imaginación y la exploración especialmente, mucho más variado y menos limita- 31