What is more, a sedentary lifestyle and bad ea-
ting habits often associated with the urban way of
life has turned childhood obesity into a global epi-
demic, one which the World Health Organisation has
warned about for some time. According to data from
the Ministry of Health, in Spain, 14% of children and
young people under the age of 24 are obese. Among
the causes, alongside eating habits are increasingly
sedentary childhood leisure activities: Spanish chil-
dren spend an average of 3 hours a day watching
television, playing video games, or connected to the
internet.
Nature deficit disorder
But beyond the health impacts of urban life des-
cribed above, many studies are revealing that this
increased separation from nature has other more
subtle implications on health, psychology, attitudes,
and social behaviours, particularly in children. In his
paper, Louv coins the term ‘nature deficit disorder’,
which, while not a medical diagnosis, does describe
the human cost of alienation from nature. This ran-
ges from diminished use of the senses – the World
Health Organisation has recently identified increa-
sed myopia in children, to attention difficulties and
higher rates of physical illness and psychological
disorders.
The most interesting studies are increasingly fo-
cused not on what we lose when we separate our-
selves from nature, but on what we gain when we
get closer to it. For example, one of the recommen-
dations from health authorities against a sedentary
lifestyle and childhood obesity is that children enga-
ge in at least one hour of physical activity each day.
However, various studies suggest that for physical
exercise to be truly effective it should be practiced
through unstructured play, relying on imagination
and especially exploration, methods that are much
more varied and less time limited than organised
sport. Playing in natural settings provides just that,
but the opportunity to do so is something that chil-
dren have missed out on in recent decades. Some
research has established a relationship between
playing in natural areas predominately covered in
uneven terrain, rocks, and trees, with a greater de-
velopment in children’s motor skills. As opposed to
a diminished development in motor skills when play
takes place on pre-made playgrounds, commonly
30
OTWO 10 / MAY 2020
OTWO 10 / MAY 2020
dióxido de nitrógeno y ozono provoca casi medio mi-
llón de muertes prematuras al año —33 mil en Espa-
ña—. Los efectos son especialmente significativos
en niños, en los que se disparan las urgencias hos-
pitalarias por infecciones respiratorias coincidiendo
con picos de contaminación.
Por otro lado, el sedentarismo y los malos hábi-
tos alimentarios, asociados al modo de vida urbano,
han convertido la obesidad infantil en una epidemia
mundial, de la que la Organización Mundial de la Sa-
lud lleva tiempo alertando. En España, un 14% de
los niños y jóvenes menores de 24 años son obe-
sos, según datos del Ministerio de Sanidad. Entre
las causas, junto a los hábitos alimentarios, destaca
un ocio en la infancia cada vez más sedentario: los
niños españoles pasan una media de 3 horas al día
viendo televisión, jugando con videojuegos o conec-
tados a internet.
El trastorno por déficit de naturaleza
Pero, más allá de los impactos de la vida urba-
na en la salud antes descritos, la separación cada
vez mayor de la naturaleza tiene otras implicaciones
más sutiles en la salud, la psicología, las actitudes
y los comportamientos sociales, especialmente de
los niños, que un número creciente de investiga-
ciones está poniendo en evidencia. En su ensayo,
Louv propone el término trastorno por déficit de na-
turaleza, que, aunque no se trata de un diagnóstico
médico, permite describir los costes humanos por la
alienación de la naturaleza, que van desde un uso
disminuido de los sentidos —como ha reconocido
recientemente la Organización Mundial de la Salud
con la miopía en niños—, a dificultades de atención
e índices más elevados de enfermedades físicas y
trastornos psicológicos.
Las investigaciones más interesantes se centran,
cada vez más, no tanto en lo que perdemos cuando
nos separamos de la naturaleza, como en lo que ga-
namos cuando nos acercamos a ella. Por ejemplo,
una de las recomendaciones de las autoridades sa-
nitarias contra el sedentarismo y la obesidad infantil
es que los niños realicen al menos una hora al día
de actividad física. Sin embargo, diversos estudios
apuntan a que el ejercicio físico realmente efectivo
es el que se practica a través del juego no estruc-
turado, basado en la imaginación y la exploración
especialmente, mucho más variado y menos limita-
31