El Proyecto de Investigación y Exploración
Subterránea
Este Proyecto fue puesto en marcha a finales de la
década de los setenta del siglo pasado, coordinado
por un grupo de espeleólogos que se implicaron en
el equipo de investigación de la Sierra de la Utrera.
Este proyecto está coordinado por el Grupo de Ex-
ploraciones Subterráneas de Casares teniendo como
principal objetivo la prospección, exploración y ca-
talogación de cavidades; estas actividades espeleo-
lógicas nutren de información al equipo de investi-
gación científica de las localizaciones arqueológicas
subterráneas o en superficie que se van localizando
en la Sierra.
Actualmente el catalogo de cavidades del Torcal
de Casares-Karst de la Utrera presenta noventa y
dos cavidades, de las cuales veintidós presentan ya-
cimientos arqueológicos. Entre las más importantes
de la Sierra se encuentran la Cueva del Tambor, el
Pozo Ixodes, La Cueva del Gran Duque, el Sistema
Subterráneo de las Hediondas (Simas Hedionda 2
y 4) y la Sima Hedionda 3, una de las diez grandes
cavidades de Andalucía, con 3,5 kms de desarrollo.
Algo de Historia
Entre los hallazgos arqueológicos destaca el re-
cinto amurallado de época prerromana de Villavieja,
con más de 250 metros de desarrollo lineal.
Al interés de la zona se unen además, los resul-
tados aportados por las investigaciones recientes
del Complejo Funerario del Neolítico Antiguo del
Sistema Subterráneo de las Hediondas, las cuales
han sacado a la luz evidencias de arte rupestre es-
quemático que sumado al de la misma cronología de
Gran Duque, convierten a este sector en uno de los
más importantes de Andalucía para la investigación
de las primeras sociedades productoras del suroeste
de Europa.
Como resultado, nos encontramos ante una gran
concentración de zonas de cautela patrimonial, eng-
lobadas dentro de un ámbito natural bien delimitado
y homogéneo, al tratarse del conjunto kárstico más
meridional de Europa y el de menor altitud de Anda-
lucía, un enclave geográfico y geológico único por
su proximidad al continente africano, de gran belleza
paisajística, que concentra valores naturales relacio-
nados con su originalidad litológica, geomorfológica,
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hidrológica, climática, florística y faunística, que se
traduce en una notable aportación a la geodiversi-
dad y a la biodiversidad de la región.
Destaca la ocupación prehistórica de este en-
torno, tanto al aire libre como en cuevas. Junto a
zonas de aprovisionamiento de materias primas de
momentos del Paleolítico Inferior, se ha constatado
la existencia de importantes estratigrafías en cueva,
como en la Cueva del Gran Duque.
Su cercanía al Estrecho de Gibraltar supone un
valor añadido para la investigación de aspectos
antropológicos trascendentales para la humani-
dad como la sustitución de los neandertales por el
hombre anatómicamente moderno y la relación de
ambas especies a caballo entre África o Europa, así
como otros aspectos de gran interés para el conoci-
miento de la dinámica de expansión de las primeras
sociedades productoras neolíticas en el Mediterrá-
neo Occidental, en el que las cavidades se usaron
previsiblemente como lugares de hábitat estacio-
nal y como necrópolis, destacando aquí el singular
complejo funerario del Sistema Subterráneo de las
Hediondas, uno de los más antiguos del Suroeste
de Europa, que remonta al VII milenio a.C.; a estos
aspectos de interés hay que sumar el hecho de que
algunas de estas cavidades alberguen manifestacio-
nes de arte rupestre.
Recientemente la localización de un yacimiento
del Paleolítico Inferior (Achelense Superior, 140.000
años a.C.) con restos de industria lítica tallada, sobre
la superficie del terreno, asociada a depósitos del
Pleistoceno Medio en el cauce del Arroyo de Gai-
nos, que discurre por el Canuto Chico, da un vuelco
en los conocimientos prehistóricos de la Sierra de
la Utrera.
Durante la Edad del Cobre se construyeron edifi-
caciones, que indican que este espacio se incorpora
a la configuración de los primeros paisajes antro-
pizados de la región. Será ya en el II milenio a.C.
cuando la Sierra de la Utrera sea sede del mayor
asentamiento de la Edad del Bronce de la comarca,
destacando por las evidencias arqueológicas que
confirman que el lugar fue testigo de los primeros
intercambios realizados con los navegantes fenicios,
allá por el siglo X a.C.
A la Edad del Hierro (siglos VI-IV a.C.) correspon-
de un potente recinto amurallado adaptado a la roca,
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del que se conserva una entrada flanqueda por dos
torres.
De época romana se conservan algunos restos
relacionados con actividades económicas previsible-
mente de la explotación de aceite en el entorno del
Río Manilva, en momentos en el que ya el principal
asentamiento de la región era la vecina ciudad de
Lacipo.
En época medieval fue refugio de altura en tiem-
pos de la revuelta de Omar ben Hafsun, entre los
siglos IX y X.
La Declaración de Bien de Interés Cultural
y Paraje Patrimonial, y la protección de los
Yacimientos
En 2013 se creó la Plataforma para la Protección
de la Sierra de la Utrera, integrada por colectivos,
asociaciones y entes municipales, con el fin de con-
seguir la conservación de este espacio natural; y en
Febrero de 2014 el Parlamento Andaluz aprobó por
mayoría absoluta iniciar el Expediente de Protección
de la Sierra de la Utrera con la figura de Zona Patri-
monial y Bien de Interés Cultural.
Un importante impulso a la investigación y pro-
tección de la Sierra es que en Abril de 2015 la Di-
rección General de Bellas Artes y Bienes Culturales,
Subdirección General de Protección del Patrimonio
Histórico de la Secretaria de Estado de Cultura del
Ministerio de Cultura resolvió que se inscribiera el
Sistema Subterráneo de las Hediondas, Sima He-
dionda 4 y Sima Hedionda 2; en el Registro General
de Bienes de Interés Cultural.
Así mismo, la Consejería de Cultura de la Junta
de Andalucía, Delegación Territorial de Málaga en
las mismas fechas procedió a incluir en el Catalogo
General de Patrimonio Histórico Andaluz a la Sima
Hedionda 4 (Pozo de la Albarrá), perteneciente al
Sistema Subterráneo de las Hediondas.
Actualmente se vienen realizando los trámites
necesarios y la redacción de las normativas regula-
doras junto con la Consejería de Cultura de la Junta
de Andalucía para la declaración de la protección de
la conservación de la Sierra; y que previsiblemente
quede finalizado este otoño de 2019.
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