Mi interés por el mar comenzó a temprana edad. Tan
solo tenía cuatro años cuando mi padrastro, Lewis, me
descubrió los misterios que se encuentran bajo el mar.
Además, mi abuelo Brian, siempre ha sido un apasiona-
do pescador con algunos records europeos y mundiales
a su nombre. Tanto mi padrastro como mi abuelo tienen
una gran pasión por el mar y siempre lo han respetado.
Ellos nos han inculcado a mi hermano pequeño Aaron y
a mí, amor y respeto por el mar.
Mi abuelo, que ahora tiene 66 años, comenzó a pes-
car en el río cuando vivía en Reino Unido, siendo tan
solo un niño. ¡Recuerda haber dejado el primer pez que
atrapó bajo la lluvia durante tres días para intentar re-
vivirlo! Cuando se trasladó a vivir a Gibraltar, se dedicó
a pescar en el mar. Se unió al club local de la EFSA (Eu-
ropean Federation of Sea Angler) y en un intento por
proteger a las especies locales, fue pionero en difundir
que los peces capturados deben cumplir con la norma-
tiva del tamaño mínimo de la establecido. ¡Aún lleva la
misma regla para medir para asegurarse! Cuando está
en su embarcación “Libertad” recoge todo el plástico
que encuentra en la superficie y lo trae de vuelta a la
costa para reciclarlo.
Hace un par de años Lewis, que es bióloga marina,
junto con Melanie -mí madre-, decidieron arrancar The
Nautilus Project, un programa de voluntariado educati-
vo sobre ciencias del mar. El proyecto realiza diferentes
actividades como The Great Gibraltar Beach Cleans (lim-
pieza playa), Science Talks (charlas de ciencia) y Field
Trips (salidas al campo) en las escuelas, submarinismo y
excursiones en barco. Hemos realizado cuarenta y nueve
limpiezas de playas a lo largo de nuestro litoral y recu-
perado toneladas de residuos plásticos.
Mi papel en el equipo de TNP (The Nautilus Project)
es bucear y ayudar a mi padrastro a encontrar y traer
invertebrados marinos para estudiarlos, aprender y vol-
ver a liberarlos. Pesco pepinos de mar, erizos, babosas,
estrellas de mar, caracolas, cangrejos e incluso pulpos.
Nos aseguramos de que todos regresen a su habitat una
vez que Lewis enseñe a los niños de la escuela todo
sobre estos animales de forma divertida con la que mis
amigos disfrutan. Lewis me ha enseñado a cómo ser un
nadador fuerte y segur y a bucear de forma responsable.
Me tomo mi trabajo muy en serio y me encanta aprender
sobre el mar con él. El buceo l es uno de mis pasatiem-
pos favoritos y la histórica cuenca de Rosia Bay es el
lugar perfecto para aprender y quedar prendado de la
increíble vida marina.
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En una inmersión reciente encontré una concha de al-
meja muy grande, pinna nobilis, que ahora se utiliza por el
TNP en los colegios. Aunque estoy muy orgulloso, me en-
tristece que estas almejas estén disminuyendo en número
alrededor de la Bahía de Gibraltar. También vi una sepia
en Rosia Bay e intenté atraparla con mis manos. Pude to-
carla, pero cuando fui a agarrarla, se me escurrió. ¡Estaba
tan cerca! Creo que mi padrastro quedó impresionado.
Como parte de nuestro proyecto familiar, hemos es-
tado sensibilizando en Gibraltar sobre los efectos que
los plásticos desechables en el mar. Mi hermano y yo
usamos ya cepillos de dientes de bambú, botellas de
agua reutilizables, y llevamos bolsas ecológicas y reu-
tilizables en la mochila por si tenemos que hacer algún
mandado para mi madre al volver de la escuela. Lleva-
mos pajitas de papel y el reciclaje es una gran parte de
nuestras vidas. Les decimos a todos nuestros amigos en
el cole que pequeños cambios como este, pueden mar-
car diferencias en la Bahía de Gibraltar.
¡La señora de la tienda de mascotas ahora me recibe
como ‘el niño que no quiere bolsas de plástico! Y mi ma-
dre siempre nos dice que hay que predicar con el ejemplo.
El verano pasado encontramos un cangrejo araña en-
redado en el hilo de pescar. Por suerte, pudimos cortarlo
y devolverlo al mar. Estos cangrejos están protegidos en
Gibraltar, así que me puse inmensamente feliz al poder
rescatar uno y permitirle vivir un día más.
Hace unas semanas, me enviaron a una misión de
rescate. Un pez luna se había atascado entre unas rocas
y estaba en apuros. Salté al mar con los peces y me
aseguré de que no se chocara contra las rocas. Cuando
llegó el barco de rescate, ayudé a que se adentrase de
nuevo en el mar, acompañando a la embarcación. ¡Lo
más probable es que haya sobrevivido!
Algunos delfines y tortugas han muerto en nuestras
costas debido al plástico y esto me pone muy triste. Mi
hermano Aaron y yo queremos mostrar a Gibraltar y al
mundo entero, que los niños se preocupan por nuestro
océano y nuestros animales marinos. Queremos prote-
gerlos y marcar diferencias. Si todos hacemos nuestra
parte, juntos conseguiremos grandes diferencias. Nues-
tro hashtag es #BeTheChangeYouWishToSee (Sé el
cambio que deseas ver).
¡Espero que hayan disfrutado leyendo y que se unan
a mi familia y a mí mientras ayudamos a proteger a
nuestros animales marinos! ¡Realmente merecen que
los humanos lo hagamos mejor!
OTWO 05 / DECEMBER 2019
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