world’s largest polluters, accounting for 20% of glo-
bal CO2 emissions. Alarmingly, this amount is anti-
cipated to rise to 25% by 2050, making it the second
largest CO2 emitting industry in the world.
Clothing production is also incredibly water inten-
sive, consuming 10% of the fresh water used across
all industries. That number is set to double by 2030.
General household waste, particularly plastic
packaging, is often talked about in terms of its envi-
ronmental impact; however, clothing waste is rarely
discussed. Most clothes are now made from synthe-
tics, such as polyester, nylon and acrylic, all derived
from plastic. These three widely used materials take
an age to decompose, contaminate land and wa-
terways and produce harmful greenhouse gases.
There are now several ethically sourced and envi-
ronmentally friendly clothing lines out there, but the
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demand for new and cheap clothing has to abate.
An awareness of the environmental damage caused
by this massive industry should play a bigger part in
consumers choices and the amount of clothes we buy.
Recently, the Youth Service also held another
clothing related project called ‘Rags to Riches’. Kids
were invited to get creative and give old items of
clothing a new lease of life by decorating them with
donated materials. With the aim of demonstrating
that old items can be upcycled and reused, creating
less waste.
With 300,000 tonnes of clothing worth £12.5 bi-
llion ending up in land fill in the UK last year, most of
which was perfectly wearable, reusable or easy to
repair, we hope that the ‘Swap over Shop’ event is
the first of many in Gib, becoming a regular feature
on the Youth Service calendar.
OTWO 05 / DECEMBER 2019
El Servicio De la Juventud gibraltareño, se ha com-
prometido a ser más ecológico, con una serie de pro-
yectos y eventos diferentes que tienen como objeti-
vo no sólo educar a los jóvenes, sino también animar
a la comunidad a desarrollar una conciencia sobre
cómo vivimos, cómo compramos y cómo utilizamos
determinados artículos.
Para promover la reutilización y el reciclaje, el pri-
mer día de “Swap over Shop” tuvo lugar en el Centro
Juvenil a principios de noviembre. Organizado por
miembros del club juvenil preocupados por la apor-
tación de gases de efecto invernadero achacado a la
ropa no biodegradable, este evento de intercambio
de ropa, invitó a los miembros de la comunidad a
participar y donar prendas que ya no utilizan e inter-
cambiarlas por otros artículos aportados por los im-
plicados en esta cita.
Los intercambios de ropa han demostrado ser muy
populares en todo el mundo, ayudando a la gente
a ahorrar dinero y desperdiciar menos, a la vez que
promueven una economía circular con una menor
huella de carbono.
En el evento “Swap over Shop”, cada artículo
aportado se cambió por un botón. Usando estos bo-
tones como ‘moneda’, podías intercambiar tu botón
por un artículo de tu elección. Entre las aportaciones
había disponibles una gran selección de estilos y ta-
maños, a la vez que zapatos y otros accesorios.
Hablando con los organizadores, su ilusión es que
eventos como este sensibilicen y generen conciencia
sobre el impacto ambiental de la industria textil, ani-
mando a los ciudadanos para que participen y tomen
decisiones más inteligentes, parándose a pensar en
las compras que se llevan a cabo diariamente. Ade-
más, actividades como esta, conducen a una nueva
cultura que comprará piezas de larga vida, présta-
mos de ropa e incluso al reciclaje de artículos en
lugar de desecharlos.
En la actualidad, la industria de la moda es uno de
los mayores contaminadores del mundo, represen-
tando el 20% de las emisiones globales de CO2. De
OTWO 05 / DECEMBER 2019
forma alarmante, se prevé que esta cantidad aumen-
te al 25% para 2050, convirtiéndola en la segunda
industria emisora de CO2 más grande del mundo.
La producción de ropa también es increíblemente
potente en gasto de agua, consumiendo el 10% del
agua dulce utilizada por el global de las industrias.
Ese número se duplicará en 2030.
A menudo se habla en general de los desechos do-
mésticos, en particular de los envases de plástico, en
términos de su impacto ambiental; sin embargo, los
desechos de ropa rara vez se ponen en la palestra.
La mayoría de las prendas se fabrican con materiales
sintéticos, como poliéster, nylon y acrílico, todos ellos
derivados del plástico. Estos tres materiales amplia-
mente utilizados tardan mucho en descomponerse,
contaminan la tierra y las vías fluviales, produciendo
gases nocivos de efecto invernadero.
Ahora hay varios fabricantes con otra ética in-
dustrial y varias líneas de vestir de origen ecológi-
co, pero es imprescindible que la demanda de ropa
nueva y barata disminuya. La conciencia del daño
ambiental causado por esta industria masiva de-
bería desempeñar un papel más importante en las
decisiones de los consumidores y en la cantidad de
ropa que compramos.
Recientemente, el Servicio de Juventud también
llevó a cabo otro proyecto relacionado con la ropa
llamado “Rags to Riches” (De harapos a bienestar).
Se invitó a los niños a crear dándoles una nueva vida
a las prendas de vestir viejas dándoles nueva vida
adornándolas con materiales donados. El objetivo era
demostrarles que las prendas antiguas pueden ser re-
cicladas y reutilizadas, creando menos desperdicios.
300.000 toneladas de ropa por valor de 12.500 mi-
llones de libras terminaron el pasado año en los ver-
tederos del Reino Unido el pasado año, la mayoría
de ellas eran perfectamente ponibles, reutilizables o
fáciles de reparar, con estos datos esperamos que el
evento ‘Swap over Shop’ sea el primero de muchos
en Gib, convirtiéndose en una cita habitual en el ca-
lendario del Servicio Juvenil.
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