OTWO Magazine December 2019 | Page 48

world’s largest polluters, accounting for 20% of glo- bal CO2 emissions. Alarmingly, this amount is anti- cipated to rise to 25% by 2050, making it the second largest CO2 emitting industry in the world. Clothing production is also incredibly water inten- sive, consuming 10% of the fresh water used across all industries. That number is set to double by 2030. General household waste, particularly plastic packaging, is often talked about in terms of its envi- ronmental impact; however, clothing waste is rarely discussed. Most clothes are now made from synthe- tics, such as polyester, nylon and acrylic, all derived from plastic. These three widely used materials take an age to decompose, contaminate land and wa- terways and produce harmful greenhouse gases. There are now several ethically sourced and envi- ronmentally friendly clothing lines out there, but the 46 demand for new and cheap clothing has to abate. An awareness of the environmental damage caused by this massive industry should play a bigger part in consumers choices and the amount of clothes we buy. Recently, the Youth Service also held another clothing related project called ‘Rags to Riches’. Kids were invited to get creative and give old items of clothing a new lease of life by decorating them with donated materials. With the aim of demonstrating that old items can be upcycled and reused, creating less waste. With 300,000 tonnes of clothing worth £12.5 bi- llion ending up in land fill in the UK last year, most of which was perfectly wearable, reusable or easy to repair, we hope that the ‘Swap over Shop’ event is the first of many in Gib, becoming a regular feature on the Youth Service calendar. OTWO 05 / DECEMBER 2019 El Servicio De la Juventud gibraltareño, se ha com- prometido a ser más ecológico, con una serie de pro- yectos y eventos diferentes que tienen como objeti- vo no sólo educar a los jóvenes, sino también animar a la comunidad a desarrollar una conciencia sobre cómo vivimos, cómo compramos y cómo utilizamos determinados artículos. Para promover la reutilización y el reciclaje, el pri- mer día de “Swap over Shop” tuvo lugar en el Centro Juvenil a principios de noviembre. Organizado por miembros del club juvenil preocupados por la apor- tación de gases de efecto invernadero achacado a la ropa no biodegradable, este evento de intercambio de ropa, invitó a los miembros de la comunidad a participar y donar prendas que ya no utilizan e inter- cambiarlas por otros artículos aportados por los im- plicados en esta cita. Los intercambios de ropa han demostrado ser muy populares en todo el mundo, ayudando a la gente a ahorrar dinero y desperdiciar menos, a la vez que promueven una economía circular con una menor huella de carbono. En el evento “Swap over Shop”, cada artículo aportado se cambió por un botón. Usando estos bo- tones como ‘moneda’, podías intercambiar tu botón por un artículo de tu elección. Entre las aportaciones había disponibles una gran selección de estilos y ta- maños, a la vez que zapatos y otros accesorios. Hablando con los organizadores, su ilusión es que eventos como este sensibilicen y generen conciencia sobre el impacto ambiental de la industria textil, ani- mando a los ciudadanos para que participen y tomen decisiones más inteligentes, parándose a pensar en las compras que se llevan a cabo diariamente. Ade- más, actividades como esta, conducen a una nueva cultura que comprará piezas de larga vida, présta- mos de ropa e incluso al reciclaje de artículos en lugar de desecharlos. En la actualidad, la industria de la moda es uno de los mayores contaminadores del mundo, represen- tando el 20% de las emisiones globales de CO2. De OTWO 05 / DECEMBER 2019 forma alarmante, se prevé que esta cantidad aumen- te al 25% para 2050, convirtiéndola en la segunda industria emisora de CO2 más grande del mundo. La producción de ropa también es increíblemente potente en gasto de agua, consumiendo el 10% del agua dulce utilizada por el global de las industrias. Ese número se duplicará en 2030. A menudo se habla en general de los desechos do- mésticos, en particular de los envases de plástico, en términos de su impacto ambiental; sin embargo, los desechos de ropa rara vez se ponen en la palestra. La mayoría de las prendas se fabrican con materiales sintéticos, como poliéster, nylon y acrílico, todos ellos derivados del plástico. Estos tres materiales amplia- mente utilizados tardan mucho en descomponerse, contaminan la tierra y las vías fluviales, produciendo gases nocivos de efecto invernadero. Ahora hay varios fabricantes con otra ética in- dustrial y varias líneas de vestir de origen ecológi- co, pero es imprescindible que la demanda de ropa nueva y barata disminuya. La conciencia del daño ambiental causado por esta industria masiva de- bería desempeñar un papel más importante en las decisiones de los consumidores y en la cantidad de ropa que compramos. Recientemente, el Servicio de Juventud también llevó a cabo otro proyecto relacionado con la ropa llamado “Rags to Riches” (De harapos a bienestar). Se invitó a los niños a crear dándoles una nueva vida a las prendas de vestir viejas dándoles nueva vida adornándolas con materiales donados. El objetivo era demostrarles que las prendas antiguas pueden ser re- cicladas y reutilizadas, creando menos desperdicios. 300.000 toneladas de ropa por valor de 12.500 mi- llones de libras terminaron el pasado año en los ver- tederos del Reino Unido el pasado año, la mayoría de ellas eran perfectamente ponibles, reutilizables o fáciles de reparar, con estos datos esperamos que el evento ‘Swap over Shop’ sea el primero de muchos en Gib, convirtiéndose en una cita habitual en el ca- lendario del Servicio Juvenil. 47