coming from official health departments advising
the public on what measures could be taken on
board that could help minimise exposure. I am a
strong proponent of the precautionary principle
and I would like Gibraltar to move in this direction.
For example, why must Gibraltar adopt ICNIRP gui-
delines? They are no longer fit for purpose. Many
countries have adopted their own reduced exposu-
re guidelines, like Italy, for example, as a stopgap
measure until research can clearly show otherwise.
5G will also run inside homes under the ‘Internet
of Things’ (IoT). How about embracing the ‘Council
of Europe Resolution 1815’ published on the 27th
May, 2011, which advocates the protection of chil-
dren and the general public at large when using
WiFi. They recommend giving preference to wired
Internet wherever possible (schools). A single fibre
optic cable is still a hundred times faster than any
5G WiFi or 5G mast. It is a question of educating
the public on these matters so they can take their
own measures to reduce their exposures as much
as possible. Of course, as an environmentalist, I
would insist on a moratorium of the 5G rollout.
My final concern on 5G, both in Gibraltar and
globally, concerns the testing and measuring of
exposure levels by operators and regulators. The
Gibraltar Regulatory Authorities (GRA) measure on
a yearly basis exposure levels for all current 2, 3
and 4G antennae around Gibraltar, but these are
not ‘multiple beam forming technology’, they are
a constant beam radiating antennae. In the ninety
page of the 2020 study quoted previously by Miche-
le Rivasi and Dr Klaus Buchner, quote:
“With 5G we are entering unknown territory.
“Although fields are highly focused by beams,
they vary rapidly with time and movement and so
are unpredictable, as the signal levels and patter-
ns interact as a closed loop system. This has yet
to be mapped reliably for real situations, outside
the laboratory. The problem is that currently it is
not possible to accurately simulate or measure 5G
emissions in the real world.”
Lastly, in the words of Senator Robert Blumen-
thal, addressing US congress, heads of FCC and
FDA during question time, on the possible health
concerns from 5G, he said, “We’re kind of flying
blind here” .
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ausencia. ¿Podemos sentirnos cómodos con la idea
de que la ausencia de evidencias claras para casos
como este significa que no hay riesgos o que el pe-
ligro es insignificante?”.
¿Qué opina de las muchas teorías de la conspi-
ración sobre el 5G que circulan por las redes?
¿Cree que son un factor perjudicial respecto a
los motivos de preocupación que usted y el ESG
están intentando transmitir a la ciudadanía?
La única teoría de la conspiración que se me ocu-
rre es la de la conexión entre el 5G y el contagio del
Covid-19 en lugares donde se había implantado re-
cientemente esta tecnología. El incendio de cientos
de torres carecía de fundamento dado que hasta la
fecha no había correlación científica probada. Cier-
tamente, se llevaron a cabo algunos estudios que
revelaban alguna relación, pero no causa-efecto. Ha-
bría que realizar cientos, si no miles, de estudios tipo
revisados y sustentados en estudios epidemiológi-
cos antes de establecer ninguna hipótesis o conclu-
sión seria. Claro que también circularon teorías de
la conspiración según las cuales la industria habría
alentado el incendio de torres de cara a ridiculizar
públicamente y devaluar la validez del trabajo cien-
tífico real llevado a cabo por parte de investigadores
científicos no financiados por la industria así como
por ONGs como el ESG, con respecto a las preocu-
paciones en torno al 5G.
En Gibraltar se han erigido ya unas cuantas
torres de 5G de cara a una instalación defi-
nitiva en los próximos meses. Teniendo en
cuenta las inquietudes del ESG, ¿cómo cree
que debe Gibraltar hacer frente y gestionar el
inminente lanzamiento del 5G con garantías
de que resulte seguro?
Lamentablemente, Gibraltar carece del nivel pro-
fesional necesario para llevar a cabo sus propios
estudios en el modo en el que otros países sí han
podido hacer, caso de Suiza. Pero los departamentos
oficiales de salud deberían facilitar más información
asesorando a la ciudadanía respecto a qué medidas
podrían adoptarse para minimizar la exposición a las
ondas. Soy un firme defensor del principio de pre-
vención y precaución y quisiera que Gibraltar avan-
zara en esa dirección. Por ejemplo, ¿por qué debe
Gibraltar adoptar las directrices del ICNIRP? Ya no
resultan adecuadas. Muchos países han adoptado
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sus propias directrices reducidas, caso de Italia,
como medida provisional hasta que estudios más
precisos permitan tomar decisiones. El 5G también
operará en los hogares a través del internet de las
cosas (IoT). Por qué no acogerse a la resolución 1815
del Consejo Europeo, publicada el 27 de mayo de
2011, que reivindica la protección de los menores
y de la ciudadanía en general con respecto al uso
de tecnología wifi. Recomiendan dar preferencia, en
la medida de lo posible, a la conexión por cable (en
colegios). Una fibra óptica simple sigue siendo cien
veces más veloz que cualquier wifi o torre 5G. Se
trata de educar a la ciudadanía en estas cuestiones
de modo que puedan adoptar sus propias medidas
para reducir el nivel de exposición hasta donde sea
posible.
Como ecologista, por supuesto que insistiría en la ne-
cesidad de una moratoria en la implantación del 5G.
Mi inquietud final respecto al 5G, tanto en Gibral-
tar como a nivel global, se refiere a las pruebas y
mediciones de niveles de exposición por parte de
operadores y reguladores. Las autoridades regulado-
ras de Gibraltar (GRA) miden anualmente los nive-
les de exposición para todos los sistemas actuales
de antenas de 2,3 y 4G, pero éstas no constituyen
‘tecnología de formación de haces múltiples’ dado
que son antenas de radiación de haz permanente.
En la página noventa del estudio publicado en 2020
por Michele Rivasi and Klaus Buchner y que ya cité
anteriormente se dice que:
“Con el 5G estamos entrando en un territorio
desconocido. Aunque los campos se centran en los
haces, varían de forma muy rápida con el tiempo y el
movimiento, de modo que resultan impredecibles y
los niveles y patrones de señal interactúan como un
sistema de bucle cerrado. Este funcionamiento está
pendiente de ser descrito de forma fiable de cara a
situaciones en el mundo real, fuera de los labora-
torios. El problema reside en que en la actualidad
no se pueden simular o medir el funcionamiento e
impacto de las emisiones de 5G en el mundo real”.
Finalmente, según dijo el senador Robert Blumen-
thal cuando se dirigía los presidentes del FFC y FDA,
en un turno de preguntas en el congreso estadouni-
dense, y en relación a los posibles riesgos para la
salud pública a causa del 5G, “estamos volando un
poco a ciegas”.
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