OTWO Magazine April 2022 | Page 35

progreso era que cada uno tuviera el coche siempre en la puerta de casa ”. Nuestras ciudades se han construido para una economía en la que no falta el combustible para mover los coches , pero hoy nos damos cuenta de que la forma en que las ciudades han ido creciendo en la segunda mitad del Siglo XX , centradas en el coche , no es el modelo válido para esta primera mitad del Siglo XXI , en la que el inicio de toda acción debe centrarse en las personas .
Se hace patente la necesidad de iniciar una transformación urbana que nos permita persona a persona , barriada a barriada y cada ciudad contribuyendo una a una , para mejorar la calidad de vida que nos merecemos en nuestras ciudades . En esto juega un papel fundamental no solo nuestro comportamiento como protagonistas de éstas , sino las estrategias de quienes dirigen el devenir urbano , cuya visión debe materializarse en acciones a corto y medio plazo con una gran determinación , pues los ciclos legislativos de cuatro años pasan rápido y los proyectos no despegan . La falta de determinación puede pasar factura no solo a nivel político : está en juego la salud de los ciudadanos .
Una ciudad que funciona es una ciudad en la que uno quiere estar , disfrutarla , hacer uso de ella y vivirla , pero ¿ Funcionan nuestras ciudades para las necesidades de todos ? La visión de una ciudad en la que no todos los derechos de los ciudadanos se ponen en funcionamiento se hacen evidentes cuando analizamos el papel de la movilidad urbana . El espacio público de las ciudades se ha venido invirtiendo desde hace décadas en generar espacio para un tránsito rápido y eficiente de los vehículos a motor . Sin embargo , una buena parte de ese espacio público puede revertirse para volver a ser utilizado no solo para los desplazamientos , sino para acciones tan sencillas como el estar , el caminar , el entretenimiento , el juego de los niños o para generar más espacios de sombra , con mayor vegetación y para el transporte público , para ir en bicicleta , o para movernos diferente . El resultado es que el espacio que se reduce finalmente para el coche solo supone un bajo porcentaje respecto del espacio generado .
Las ciudades donde ya hoy en día se ha dado un cambio potencian las relaciones que los ciudadanos tienen con las calles , con la ciudad , y sus relaciones con los otros . Son ciudades divergentes . Su camino
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