Jueves 23, noviembre
Buenos días. Hoy vamos a escuchar una oración como si la dijera un
anciano. Todos tenemos en nuestras familias personas mayores. Hoy te
pedimos por ellas. Mientras leemos la oración pensamos en esas personas
mayores que comparten su vida con nosotros.
Bienaventurados los que comprenden mi extraño paso al caminar y mis
manos torpes.
Bienaventurados los que saben que mis oídos tienen que esforzarse
para comprender lo que oyen.
Bienaventurados los que comprenden que aunque mis ojos brillan, mi
mente es lenta.
Bienaventurados los que con una dulce sonrisa me estimulas a intentar
una vez más.
Bienaventurados los que nunca me recuerdan que he hecho dos veces
la misma pregunta.
Bienaventurados los que me escuchan, pues yo también tengo algo
que decir.
¿Esas personas mayores que viven contigo, que son de tu familia..., necesitan
algo de ti? ¿Qué?