Se clasifica a su vez en primario o secundario.
El paladar hendido secundario se le conoce como fisura palatina secundaria
congénita o palatosquisis.
Está provocada por un fallo en la fusión de las placas palatinas de los
procesos maxilares con el tabique nasal, lo que origina un defecto de la línea
media del paladar duro, blando o incluso de ambos.
Las consecuencias de esta malformación es la dificultad de las crías para
alimentarse, les es imposible succionar la leche y muchos animales suelen
morir a los pocos días de nacer o bien son sacrificados.
En el caso de que sobrevivan, es posible intervenirlos quirúrgicamente para
resolver el problema. La edad mínima recomendada para la cirugía es de 8
a 12 semanas, pero es preferible hacerlo a los 4-6 meses. A esta edad se ha
cerrado más la fisura palatina y el animal puede soportar una anestesia
general más larga. Durante el periodo que el paciente espera a ser
intervenido, debe ser alimentado artificialmente; y hay que evitar que
amamante de la madre.
Las complicaciones de esta alteración son, fundamentalmente, problemas
de naturaleza respiratoria como rinitis irritativas crónicas, faringitis,
laringitis, otitis medias con síndrome vestibular periférico y neumonías por
aspiración, que pueden llegar a ser mortales.
El tratamiento para el paladar hendido es quirúrgico (Fig .1). Las técnicas
que se pueden utilizar dependen del tamaño y localización del defecto.
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