Historia de la Odontología en México
INTRODUCCIÓN
La historia de la odontología data de mucho tiempo atrás y se desarrolla paralela a
la historia de la medicina, pues algo que las une y que parece ser el motor común
de su avance es la presencia de dolor en el ser humano.
Los problemas y necesidades dentales, siempre han existido desde tiempos
ancestrales. Diversidad de atención o de remedios dentales, no necesariamente con
fines curativos, eran practicados por el ser humano. De nuestra herencia indígena
tenemos crónicas y aseveraciones que resaltan los conceptos de la preocupación
dental y la evolución hasta la edad media en donde barberos, gentes a caballo y
viajeros ambulantes en Europa, y más adelante en América, se especializaban en la
atención de los dientes. La educación y habilitación de los personajes que a la
dentistería se dedicaban, eran producto de su propia iniciativa o herencia, su
audacia y de sus enseñanzas a través de sus propios errores o de la observación y
experiencia. Posteriores a esas épocas, eran los médicos quienes se
responsabilizaban de la atención bucal. El Dr. Pierre Fauchard, nació en Gran
Bretaña en 1678, cirujano militar que ejerció en París a partir del año de 1719, hasta
su muerte en 1761, fue quien en su tratado Le Chirurgien Dentiste estableció a la
Odontología como una verdadera profesión, propiciando el ritmo de su
perfeccionamiento y erradicando la superstición y la ignorancia, dando paso a
sólidos principios que han sustentado a la Odontología como ciencia y como arte.
SOCIEDADES PRIMITIVAS
De los pueblos indios que emigraron de los bosques norteamericanos hacia
el sur, (Centroamérica y Sudamérica), se desarrollaron múltiples tribus de las cuales
resaltan los mayas, pueblo pacífico de gran cultura, que habitaron en la península
de Yucatán y lo que ahora Guatemala y Honduras; y los aztecas, en el centro de
México, destacándose como grandes guerreros. Los mayas tenían grandes
conocimientos de las Matemáticas y la Arquitectura, gran dominio del tiempo,
diseñaron un calendario muy exacto. Eran grandes orfebres del oro, plata y bronce,
y del arte lapidario. Sus antecedentes odontológicos los definen como preocupados
por sus dientes, pero no por su curación, sino por propósitos religiosos o por adorno
personal. Incrustaban minerales como la jadeíta, pirita de hierro, hematita, turquesa,
cuarzo y otros; usaban brocas y taladros con arco y cuerda para preparar los
dientes para recibir las incrustaciones metálicas; otros datos primitivos son el
ennegrecimiento de los dientes, su reparación o mutilación para resaltar al individuo
o algún hecho heroico como parte de su culto, tal y como lo representa una cabeza
de terracota del año 400 d.C., encontrada en Veracruz, y que tiene los dientes
pintados con resina negra por motivos estéticos.