SOCIEDADES PRIMITIVAS
De los pueblos indios que emigraron de los bosques norteamericanos hacia el sur,( Centroamérica y Sudamérica), se desarrollaron múltiples tribus de las cuales resaltan los mayas, pueblo pacífico de gran cultura, que habitaron en la península de Yucatán y lo que ahora Guatemala y Honduras; y los aztecas, en el centro de México, destacándose como grandes guerreros. Los mayas tenían grandes conocimientos de las Matemáticas y la Arquitectura, gran dominio del tiempo, diseñaron un calendario muy exacto. Eran grandes orfebres del oro, plata y bronce, y del arte lapidario. Sus antecedentes odontológicos los definen como preocupados por sus dientes, pero no por su curación, sino por propósitos religiosos o por adorno personal. Incrustaban minerales como la jadeíta, pirita de hierro, hematita, turquesa, cuarzo y otros; usaban brocas y taladros con arco y cuerda para preparar los dientes para recibir las incrustaciones metálicas; otros datos primitivos son el ennegrecimiento de los dientes, su reparación o mutilación para resaltar al individuo o algún hecho heroico como parte de su culto, tal y como lo representa una cabeza de terracota del año 400 d. C., encontrada en Veracruz, y que tiene los dientes pintados con resina negra por motivos estéticos.
Otras prácticas odontológicas que destacan son las de los aztecas, como el uso de la mutilación dental limando o incrustando piedras de gran estima en los dientes.
Para tratar algunas enfermedades utilizaban hierbas y otros derivados botánicos. Identificaban el sarro, la caries y las fracturas dentarias.
Los aztecas creían que la caries era producida por un gusano, el cual eliminaban masticando chile picante. Enfatizaban que sólo los niños nacidos en luna llena tenían el labio leporino. Cuando sufrían de dolor de muelas lo usual era machacar un gusano, mezclarlo con esencia de trementina; y pintar, con esa mezcla, la mejilla del paciente. Al mismo tiempo se colocaba un grano de sal dentro de la cavidad del diente o muela y se cubría con pimienta caliente. Se hacía entonces una incisión en la encía, colocando en ella la hierba tlalcacahuatl, finalmente si el dolor y la infección continuaban el diente era extraído.
En el Valle de México, en el antiguo palacio de Tepantitlan, del centro religioso de Teotihuacán, se encuentra un fresco precolombino en donde se observa un hombre limando los dientes de otro, utilizando un filoso pedernal de hace más de 1 500 años.
Fig. 3 Fresco precolombiano
Fig. 2 Cabeza de terracota