a ser mucho más que una oración tradicional: percibes indicios respecto a qué debes hacer o decir( o de si debes mejor callar), empiezas a sentirte sintonizado con Dios, más fuerte en tu batalla contra tus pasiones negativas, más perceptivo a la Palabra de Dios, más sensible a las necesidades de otros …
Y no puedo dejar de mencionar dos aspectos de la voluntad de Dios para cada uno de nosotros: Primero, buscar el Reino de Dios( Mateo 6:33). Si esto no es primordial en tu vida difícilmente va a ser sincera la expresión“ venga tu reino, hágase tu voluntad”. Segundo, Dios dice que los creyentes somos“ real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable”( 1Pedro 2:9). Así que si tu ayuno está cumpliendo su propósito entonces tu vida se centrará en buscar el Reino de Dios, en conocer mejor a Jesucristo y su gracia, en vivir en su gracia, y en compartir con otros ese tesoro de conocimiento.
Y esto mismo te puede servir de termómetro para medir los resultados de tus ayunos: ¿ Qué siento por el Reino de Dios? ¿ Qué tanto me interesa comunicar a otros el Evangelio? Y no se trata de que vayas de casa en casa o por las calles sino de que te involucres en servir, en relaciones de amistad, en apoyar algún ministerio que proclame el Evangelio y que, cuando se presente la oportunidad, compartas lo que hay en tu corazón porque“ de la abundancia del corazón habla la boca”( Lucas 6:45). Dios te presentará la oportunidad tarde o temprano.
A los pocos días de que empecé a ayunar( ayunos parciales la mayoría de las veces) mencioné este tema en mi mensaje a la congregación. Ese mismo día aquel ser querido por quien yo me angustiaba me hizo preguntas acerca de temas espirituales y, al cabo de varios minutos de íntima plática, pude ver que este ser querido reflexionaba en las cosas de Dios mucho más de lo que yo imaginaba. Y mi angustia cedió lugar a la paz y al gozo de ver que Dios estaba obrando en su vida. Yo oraba por ello, yo esperaba en Dios por ello, pero confieso que lo que veía hacía que las dudas perturbaran mi alma. Pero ahora Dios me concedía percibir el obrar de su Espíritu en este ser querido( y puedo ver que los cambios esperados van a tomar tiempo – tal vez mucho tiempo – pero la esperanza está renovada). Y seguramente no faltarán aflicciones que me vuelvan a quebrantar … ¡ qué bueno que he aprendido a aprovechar esta disciplina espiritual del ayuno!
Poco después viajé a las conferencias nacionales de la Comunión de Gracia Internacional en Guadalajara, Jalisco, México( marzo, 2016). Y fue algo especial para mí porque me acerqué a varios de los hermanos de una manera diferente, estrechando nuestros lazos de amistad como nunca antes. En un momento dado cuatro de nosotros nos juntamos a orar por invitación mía; compartimos reflexiones y preocupaciones, y lloramos juntos … luego nos consolamos en la seguridad de la presencia de Dios y en la esperanza de que Él obraría de maneras que ahora no imaginamos.
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