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m o l a r e s : t e x to s d e a l u m n o s U N T E S T I G O JUEVES 20 DE NOVIEMBRE DEL 2014, UNA VEZ MÁS LA GENTE SALE A LAS CALLES PARA PROTESTAR AL GOBIERNO FEDERAL POR LA DESAPARICIÓN DE LOS 43 ESTUDIANTES DE LA NORMAL RURAL “RAÚL ISIDROS BURGOS” DE AYOTZINAPA GUERRERO. De principio a fin la marcha aconteció de forma pacífica, puedo decirlo porque yo mismo asistí parcialmente a ella. No fue sino hasta la aparición de los mentados “infiltrados” o “anarquistas” que lanzaron petardos y bombas molotov a un grupo de granaderos que supuestamente resguardaban la puerta del Palacio Nacional lo cual dio motivo para que la policía coaccionara la marcha con un numeroso grupo de granaderos que toman por asalto la plaza del Zócalo embistiendo con lujo de violencia a las personas que pacíficamente miraban el alboroto obligándolas a correr en una peligrosa estampida rumbo a las calles de Madero, 5 de Mayo y otras aledañas. Una vez desalojado el Zócalo de todo contingente empezaron una serie de acciones arbitrarias por parte de los cuerpos de granaderos del CDMX. Señoras, niños, ancianos y estudiantes fueron golpeados sin excepción alguna y en el peor de los casos aprehendidos y consignados a la policía federal. Desafortunadamente para once personas fue así. Ninguno de ellos, creo, imaginó la pesadilla en la cual se tornaría su vida por los siguientes nueve días. Atzín Andrade González, estudiante de la ENPEG “La Esmeralda” tuvo la mala suerte de estar parado en el lugar menos indicado en el momento menos indicado. Aguardando junto con un amigo muy cerca del hasta bandera un grupo de granaderos los interceptan los amachinan a punta de madrazos y se los llevan al interior del Palacio Nacional. Una vez ahí, solos y sin nada que pueda defenderlos, militares y policías federales que se encontraban esperando dentro dan rienda suelta a sus métodos de tortura psicológica. Yo caminaba rumbo a mi casa, venía del Zócalo. 45 minutos antes fue la última vez que vi a Atzín antes que le dijera por teléfono que se cuidara por que la cosa se estaba poniendo fea en el Palacio Nacional. Pasé junto a una panadería, me llamó la atención M Á S una pantalla de t.v., puse atención a lo que veía y me alarmo ver que un grupo de descomedidos granaderos invadían el Zócalo. Minutos después hablé con Atzín –me tienen encapsulado detrás del Palacio Nacional- ¿Te han golpeado? –pregunté- a lo que me contestó que sí. Intentó decirme algo más pero fue imposible seguir la comunicación. Inmediatamente después me conecté al facebook para alertar a todos de lo ocurrido, para encontrarme con la sorpresa de que una compañera minutos antes ya había posteado un video donde se apreciaba con claridad a mi amigo siendo detenido por un grupo de neandertales. La búsqueda inició: todos estábamos vueltos locos. La noche transcurrió sin saber el paradero de Atzín. Al día siguiente nos reunimos en la escuela para determinar cuál sería la postura de la sociedad de alumnos de “La Esmeralda”. El apoyo fue unánime. Increíblemente alumnos de las cinco escuelas del CNA se dieron cita para escuchar y proponer. La asamblea fue rápida, la resolución: el CNA se va a paro y en este momento nos vamos todos a marchar a la PGR. Realmente se vivía un ambiente de incertidumbre dentro de la escuela. Jamás nos reuníamos para tratar los asuntos internos, mucho menos organizarnos para cerrar las puertas de la i