La muerte
La muerte no es el suceso cuando los signos vitales desaparecen. Esencialmente la muerte es
otra cosa. El pasado es en todo muerte. El pasado y la muerte son dos conceptos igualitarios, los
sensatos suelen confundir el término cuando de referencias se trata. Porque ahora en mi cuarto
de 3x5 mts, el mundo está muerto para mí y yo estoy muerto para él. Hasta que alguno no haga
contacto con el otro dejaremos de estar muertos y viviremos solo por un instante. Solo estamos
vivos para nosotros. El presente es la vida. En la despedida morimos. Ese quien fuiste en tu niñez,
en tu adolescencia, en tu antiguo trabajo, en el viaje ¿acaso podrás recuperarlo? ¿Y la muerte no
es ese eterno irrecuperable? Vivimos en cuanto nos enfrentamos a ese irrecuperable, en cuanto
nos presenciamos; la vida renace en el mínimo resquicio comunicativo, pero renace como diferente vida. Nos presenciamos para vitorear que vivimos, sin embargo, el plano antecesor a la
presencia muere; y para los otros que también se plantan frente a otras personas, nosotros somos
los que morimos en el plano anterior. Estar solo agazapado junto a las paredes-brazos, confirma
la previsión del asilado: la de todos los planos anteriores donde nos matamos involuntariamente.
Las personas preguntan ¿Nos damo