Obituario | Page 23

461,47km Y me tuve que ir de casa, para descubrir que de hecho tenia una. Tuve que verla en los ojos de los desconocidos, derramándose lastimosamente en sus falacias vocales, extenderse en la mentira de su mito... La vi, nacer en ilusiones que yo no supe ver cuando nos habitábamos encontré que sus rincones, en los míos, eran los cielos acantilados, abrasivos, de mi ser corroído. Me di cuenta, entre la añoranza y el olvido, que sus suelos están encarnados en mis pasos distraídos. 23