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“Horizonte de Letras” Nº 45
*Especial 10º Aniversario*
—¿Pasa algo, mamá? —me preguntó.
—¿Lo oyes? ¿Esa música?
—Sí, claro. Debe haber un concierto en
la Plaza mayor.
Eché a correr, como alma que lleva el
diablo, dejando atrás a mi hija, que me
seguía a duras penas. Cuando llegué,
un cuarteto de Jazz estaba tocando
«Take Five». Mi corazón parecía
salírseme del pecho, me hacía daño su
palpitar. Me acerqué y vi a Rober… No
podía creerlo. Estaba más viejo, como
yo, pero seguía manteniendo su pelo
negro y sus preciosos ojos verdes.
Habían pasado más de veinte años…
Octubre-Diciembre 2019
No paré de hacerle señas durante el
tiempo que estuvo tocando el saxo,
como él siempre lo hacía. Cuando
terminaron de tocar, bajó por la
escalerilla y me preguntó:
—¿La conozco, señora? Es que no ha
parado usted de hacerme señas desde
abajo…
—Rober, ¿ya no me recuerdas?
—Disculpe, señora, Yo no soy Rober,
soy Toni, su hermano gemelo… Rober
nos dejó en un accidente de coche en la
autovía de Valencia, un diecinueve de
Abril de dos mil quince.
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ISSN: 1989-6956
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