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“Horizonte de Letras” Nº 45
*Especial 10º Aniversario*
nombre. No nos importa cómo se
llama ya que para nosotros es
“Nuestro
refugio”.
Allí
nos
encontramos
bien,
tranquilos,
protegidos y ajenos a miradas
indiscretas. Hablamos, nos besamos,
nos miramos a los ojos y acariciamos.
Sus labios son carnosos y parecen
hechos para besarme, su lengua es
traviesa, húmeda y juguetona. Su boca
es jugosa. Me encanta el sabor de su
saliva y su olor a hembra apetitosa.
No sabemos hasta donde llegará
nuestra relación de más que amigos y
no queremos plantearnos nada. Somos
felices cada vez que nos vemos ya sea
para tomar una copa, charlar de
nuestras cosas, dar y recibir amor o
bailar (me está dando clases y no
puedo tener mejor profesora de baile)
Sus muestras de cariño, su ternura,
su sensualidad, su forma de hablarme,
de tratarme me han cautivado. Ella
dice que soy muy mono y muy
cariñoso. Que sé querer. Yo le digo que
es fácil querer a alguien como ella. Es
un ángel caído del cielo. Una auténtica
locura, una mujer que cualquier
hombre desearía tener a su lado y en
su lecho.
Octubre-Diciembre 2019
que me brinda la vida, la dádiva de
haberla conocido.
Es tan difícil, en estos tiempos que
corren, el conocer gente que merezca la
pena y que además te demuestren
cariño verdadero que me siento muy
afortunado con tenerla en mi vida. Su
“amistad” se ha convertido en el
refugio de mi alma.
Somos felices cuando nos vemos, lo
pasamos bien y nos reímos. Nuestros
encuentros tranquilizan nuestras almas
y nos dan la ilusión necesaria para
seguir adelante en este fascinante y a
veces difícil viaje que es la vida.
Ángela ha entrado de lleno en
mi vida y no quiero que salga de ella.
Hablamos casi a diario y buscamos,
cuando es posible, un hueco, una tarde
para vernos, mirarnos a los ojos,
conversar, acariciarnos y besarnos en
ese cobijo, en ese oasis, en esa guarida
en la que encontramos abrigo a la
lucha diaria, a los problemas y a la
rutina. En ese pub oscuro y casi
siempre vacío, regentado por un
ecuatoriano amable y correcto. Un
local de copas al que mi chica y yo
hemos bautizado como “Nuestro
refugio”.
Lo cierto es que siendo creyente en
Dios como lo soy –ella también es
creyente y practicante– le pido a mi
Creador el seguir contando con su
“amistad” y le agradezco este regalo
Verano madrileño de 2019
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ISSN: 1989-6956
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