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“Horizonte de Letras” Nº 45 *Especial 10º Aniversario* Octubre-Diciembre 2019 28 LA MOCHILA Antonio llevaba ya mucho tiempo en el camino sin descansar, la mochila que alojaba en su espalda, cada vez le pesaba más. Seguía impertérrito la andadura soportando la carga. Llegó a una ladera y cogió aire por que estaba dispuesto a coronar la montaña. Al alcanzar la cima se topó con un anciano que estaba sentado sobre una peña y parecía descansar. Al observarlo con detenimiento advirtió que tenía la mirada perdida en el horizonte y una cara intrigante. Decidió sentarse un rato a su lado para librarse de la curiosidad que el personaje le producía. Así que, sin pensárselo dos veces, se dirigió hacia la roca donde estaba el viejo y se acomodó a su lado. El abuelo pareció no advertir su presencia y seguía con la vista perdida. Se propuso entablar conversación con él y le dio los buenos días. El veterano, como a cámara lenta, daba la impresión de ir saliendo de un letargo. Al enfrentarse con fijeza en quien le estaba acompañando y mirarlo de arriba abajo, le contestó: –Buenas –parece que llevas mucho peso en el macuto. –Por qué lo dice –se interesó, cogido por la sorpresa de la sagacidad que demostraba el anciano. –Porque se nota en tus ojos y el rictus de tu semblante –adujo el interpelado, a la misma vez que en su rostro se marcaba una leve sonrisa. Al escuchar la contestación no salía de la perplejidad. Tardó en recomponerse de la impresión y cuando se sintió repuesto preguntó con cierto sarcasmo: –¿Es adivino o sensitivo? Una fuerte carcajada se elevó hacía el cielo, antes de contestar: –No hijo, no, solo son los muchos años que tengo. Por cierto me pica la curiosidad de saber qué es lo que contiene el morral –preguntó el viejo de manera directa. Ante el interés del maduro, dudó en contestarle. Lo sopesó, y tras darle alguna que otra vuelta, le dijo con total sinceridad al inesperado compañero: –Lo llevo repleto de amarguras. –¿Y no llevas ninguna alegría? –Sí, alguna, pero son demasiado escasas, así que los pesares las superan con creces. En la cara del anciano se reflejó un rictus de compresión y con suma afabilidad le preguntó: –¿Te puedo hacer una recomendación? ____________________________________________________________________________________________________________________________ ©: “Alfareros del Lenguaje”. Asociación Nacional de Escritores de Alcorcón. Todos los derechos reservados. ISSN: 1989-6956 “Alfareros del Lenguaje” no se responsabiliza de las opiniones vertidas por los autores participantes en este número; quienes además, serán responsables de la autenticidad de sus obras.