nº 1 -Boletín Oficial FEDDF 11 - BOLETÍN FEDDF julio 2017 | Page 4
BOLETÍN ELECTRÓNICO “FEDDF” PASIÓN POR EL DEPORTE
ENRIQUE ÁLVAREZ ORCAJO
Presidente Federación Madrileña de Deportes de
Personas con Discapacidad Física
Cada vez cobra mayor importancia
que se involucren más actores en
el deporte adaptado. Atrás quedan
aquellos días, en que los eventos y
campeonatos se organizaban con
solo
unas
pocas
manos
voluntariosas y una gran dosis de
pasión. Actualmente, la exigencia
va creciendo de forma exponencial
y, todos los que formamos la
familia del deporte para personas
con diversidad funcional, tenemos
que ser conscientes de ello. Así, el
papel que va tomando el
voluntariado
es,
sin duda,
creciente.
Hay muchos tipos de voluntariado,
el individual, en el que cada uno
emplea el tiempo que puede para
colaborar en una acción puntual; el
profesional, aportación basada en
las capacidades laborales del
voluntario;
el
corporativo,
acciones sociales en el ámbito de
la empresa del voluntario, ya sea
en horas laborales o fuera de ellas;
el virtual, cada día más frecuente
en nuestra era digital, con muchas
oportunidades de ayudar “desde
casa” y el internacional, que se
extiende fundamentalmente entre
los más jóvenes, con una mezcla
de solidaridad y la de vivir una
experiencia inigualable.
Lo bueno de nuestro mundo es
que admite cualquier clase de
voluntariado. Todos ellos son
aplicables a la ayuda, puntual o
permanente, desde la empresa o
desde la convicción personal, al fin
y al cabo, el voluntariado es una
actitud ante la vida, una decisión
apoyada en motivaciones y
opciones personales. Todas las
personas
tenemos
alguna
capacidad para ofrecer ayuda a
otras, y no solo por solidaridad,
sino por el fortalecimiento de un
desarrollo social y económico más
sostenible, así como a la creación
de empleo.
Barcelona´92 fue un punto de
inflexión respecto a la importancia
del voluntariado en el deporte de
alta competición. Más de 100.000
personas se inscribieron al proceso
de selección de voluntarios, de los
que fueron elegidos 35.000,
número record y tremendamente
difícil de gestionar. Una vez más,
España demostró ser un país
valiente, superando con creces las
expectativas, tanto en los Juegos
Olímpicos
como
en
los
Paralímpicos,
en
los
que
participaron nada menos que
15.000 voluntarios, para que el
resultado global de la organización
fuera tan espectacular como todo
el planeta pudo comprobar.
Veinticuatro años después, Río de
Janeiro
fomentó
más
el
voluntariado internacional, con
personas de multitud de culturas y
países agrupadas en torno al
deporte. El resultado, como todos
pudimos
evidenciar,
fue
manifiestamente mejorable. No
obstante,
siempre
debemos
valorar el trabajo altruista de
muchas personas que colaboraron
sin esperar nada a cambio, más
allá de una breve charla con algún
deportista o un fugaz autógrafo.
Algunos de los retos que tenemos
en nuestro deporte adaptado son
la
creación
de
“productos
atractivos” para conquistar a la
empresa privada y a su
voluntariado
corporativo,
y
fomentar la comunicación para
atraer más personas que deseen
aportar un poco de su tiempo y,
así, hacer posible el sueño de
muchos deportistas.
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