Japón encuentra uno de sus mayores éxitos educativos en la gran tradición de educación holística que ha desarrollado durante décadas. La formación nipona siempre se ha preocupado por desarrollar el carácter moral y emocional del alumno, no solo los contenidos, y la sociedad. La educación y el mundo laboral siempre han estado cohesionados.
En nuestras aulas peruanas, pocos de nuestros estudiantes alistan sus cosas, limpian su salón, guardan y cuidan sus materiales y el de otros y respetan a su maestra, directivos y compañeros.
Debemos de enseñarles a hacerlo. Delegarle funciones y tareas para cuidar el espacio que todos compartimos y a las personas con las que interactuamos.