Noviembre 2021 | Page 10

CULTURA

EL Dromedario

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Todos los días venía una chica muy simpática a la biblioteca. Ella venía en las tardes con globos en una mano y en la otra un maletín en el que cargaba sus libros. A veces se ofrecía para leerle a los niños y hacer presentaciones con los demás empleados. Ella era muy linda, llevaba siempre el pelo suelto, unas botas marrones desgastadas y su maletín, el cual era muy pequeño pero podía transportar un centenar de libros. Siempre compraba un café y hasta tenía su propia taza en la cafetería. Se sentaba en los puffs y leía durante horas. Era muy gentil con todos en la biblioteca, todos los niños que iban la conocían como la chica de los globos. La gente le pedía consejos sobre libros para leer y sugerencias de libros que podrían estar en la próxima temporada. La chica estaba a tan solo tres libros de terminar todos los que estaban en las estanterías. Ella era como un ratón de biblioteca. Era considerada como parte de la familia.

El Globo Perdido

Por: Carla Meneses

Un día, ella no vino a la biblioteca. Todos quedamos extrañados, algunos hasta asustados. Pasó una semana y ella no daba señales de vida. Llamamos a la policía y les contamos la situación. Nos dijeron que la buscarían por las calles y que nos llamarían de nuevo cuando tuvieran alguna pista o señal. A la mañana siguiente, entró la policía con una orden de cierre de la biblioteca. Anunciaron que había una acusación en contra de uno de los trabajadores, que la había secuestrado y había hecho como si no pasara nada. Nadie confiaba en la palabra de la policía, sabíamos perfectamente que nadie que trabajara aquí cometiera tal crimen. Me llevaron para dar mi testimonio y saber si tenía alguna sospecha, alguna confesión.

En la comisaría me llevaron a una sala, en donde me pusieron una especie de cables en las manos. Era un detector de mentiras y yo accedí sabiendo que no habría problema, pues no tenía nada que ocultar. No sabía nada sobre la chica o sobre el secuestro. El agente me dejó ir y volví a la biblioteca. No había clientes, todos los empleados les habían pedido amablemente que se fueran para no causar ningún problema. Todos estábamos más que todo preocupados por la chica, no nos importaba tanto la biblioteca, solo queríamos saber que la chica de los globos estaba a salvo. Nadie tenía su número o el contacto de algún familiar pues ella nos había dicho que era huérfana. La policía nos llamó para decirnos que iban a anunciar su desaparición en medios públicos y que si lo deseábamos, podíamos poner el número de la biblioteca para que nos contactaran en caso de emergencia.