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Juan Carlos Arrufat, alcalde de Torre de Arcas: cuando volver a casa
se convierte en toda una aventura
fJOSÉ BLANCH
El alcalde de Torre de Arcas,
Juan Carlos Arrufat, y su mujer
viajaron el 17 de febrero a Ecuador.
Tenían previsto volver el
20 de marzo, pero el estado de
alarma se declaró en España el
día 14 y en Ecuador el 16.
¿Qué medidas tenía el confinamiento
de Ecuador?
Allí estaba todo paralizado, fue
parecido a España, incluso
más. Me atrevería a decir que
había toque de queda, a partir
de las 2 de mediodía cerraba
todo y no se podía ir ni ir a comprar
ni a farmacias.
¿Cómo pudisteis volver?
Al principio las compañías aéreas
no contestaban. Tuvimos
la suerte de contratar con una
compañía de viajes y ellos se
encargaron. Nos dijeron que tenían
vuelos previstos para el 19
de abril. Pero faltaba más de un
mes. Cuando se aproximaba la
fecha vimos que no habría vuelos.
Y allí fue cuando empecé
a mover un poco. Me puse en
contacto con el consulado para
ver cómo podía volver, porque
las previsores eran para largo.
¿Cuál fue la respuesta del
consulado?
Había mucha gente igual y en
principio no sabían cuándo habría
un vuelo humanitario. Me
dijeron que cuando supieran
algo me avisarían. Yo seguí moviendo,
salí en prensa, pensé
que haría algo de fuerza. Y la
verdad que los compañeros de
partido de España, tanto Esther
Juan Carlos Arrufat ya está en Torre de Arcas después de pasar gran parte de la pandemia en Ecuador. JP
Peirat como el vicepresidente
de la Diputación, se pusieron
en contacto conmigo y me dijeron
que intentarían echar una
mano para volver. Y dije que
toda ayuda sería bienvenida.
¿Cómo se soluciona la situación?
Me pusieron en contacto con el
subdelegado territorial de Aragón,
él me puso en contacto
con uno del consulado español
que trabaja de jefe se seguridad
y es de Teruel. Estuvimos
hablando y a los diez días ya
nos llamaron del consulado
porque había un vuelo para el
29 de abril, por si estábamos
interesados. Y por supuesto dijimos
que sí.
¿Cómo fue el vuelo de vuelta?
Fue un viaje extraño, una odisea.
Salimos un miércoles, con
muchas medidas de seguridad
en el aeropuerto. Pero al subir
el avión iba a rebosar. Fuimos
con mascarilla durante todo el
viaje, que duró unas 15 horas.
Llegamos a España el jueves a
las 11 de la mañana. Cuando pudimos
salir de allí, fue una odisea
volver desde Madrid.
¿Qué hicisteis para llegar hasta
Torre de Arcas?
Intentamos sacar viajes de AVE
y bus, pero iban llenos, fue imposible.
Entonces sacamos
billetes de tren de cercanías.
Salimos a la 13.30 con el tren de
cercanías y llegamos a las 18.30
de la tarde a Zaragoza. Como
tampoco habría autobuses
para ir a Alcañiz, previamente
llamamos a un taxi de la zona y
vino a recogernos en una furgoneta
para mantener la distancia
de seguridad. A las 19 llegamos
a Alcañiz donde teníamos el coche,
y de allí ya fuimos a casa.
Salimos el miércoles a las 10 de
la mañana y llegamos a casa
a las 9 de la noche del jueves.
Fue una aventura.
Durante el trayecto, ¿pudisteis
comer y beber?
No, desde que salimos de
Ecuador solo nos dieron de comer
en el avión. Y hasta que llegamos
a casa nada, todo estaba
cerrado y no había nada que
comer ni beber en ningún sitio.
¿Cómo viviste la situación del
pueblo desde la distancia?
El teniente alcalde y yo hablábamos
por WhatsApp, pero no
es lo mismo. Tienes la incerteza
de que tampoco sabes si podrás
volver y te sientes impotente
de no poder hacer más y
no ayudar al pueblo. Es un poco
desesperante porque además
tienes a los compañeros allí
solos. Somos tres y al faltar uno
se multiplica la responsabilidad
del resto. Desde aquí ayudaba
con lo poco que podía. Pero es
duro no estar allí con la gente.
¿Qué hiciste al llegar a casa?
Por seguridad hicimos una
cuarentena de dos semanas,
nos dijeron que no era obligado,
pero decidimos hacerla voluntariamente
después del viaje
en avión. Además, me aconsejó
el médico de hacerla durante el
periodo de incubación.