Notícies del Matarraña_2020 179_Juny 2020_1_WEB | Page 16

Edite: Mas Mut Produccions, S.L. Noguerets, 2 · 44586 Pena-roja de Tastavins // Depòsit Legal: T-1250-10 Redacció, maquetació i fotografia: Marc Martí, Marta Jiménez, Paula Viver, Sabina Colomé, José Blanch // Publicitat: 978 85 14 07 / 669 81 64 89 Juan Carlos Arrufat, alcalde de Torre de Arcas: cuando volver a casa se convierte en toda una aventura fJOSÉ BLANCH El alcalde de Torre de Arcas, Juan Carlos Arrufat, y su mujer viajaron el 17 de febrero a Ecuador. Tenían previsto volver el 20 de marzo, pero el estado de alarma se declaró en España el día 14 y en Ecuador el 16. ¿Qué medidas tenía el confinamiento de Ecuador? Allí estaba todo paralizado, fue parecido a España, incluso más. Me atrevería a decir que había toque de queda, a partir de las 2 de mediodía cerraba todo y no se podía ir ni ir a comprar ni a farmacias. ¿Cómo pudisteis volver? Al principio las compañías aéreas no contestaban. Tuvimos la suerte de contratar con una compañía de viajes y ellos se encargaron. Nos dijeron que tenían vuelos previstos para el 19 de abril. Pero faltaba más de un mes. Cuando se aproximaba la fecha vimos que no habría vuelos. Y allí fue cuando empecé a mover un poco. Me puse en contacto con el consulado para ver cómo podía volver, porque las previsores eran para largo. ¿Cuál fue la respuesta del consulado? Había mucha gente igual y en principio no sabían cuándo habría un vuelo humanitario. Me dijeron que cuando supieran algo me avisarían. Yo seguí moviendo, salí en prensa, pensé que haría algo de fuerza. Y la verdad que los compañeros de partido de España, tanto Esther Juan Carlos Arrufat ya está en Torre de Arcas después de pasar gran parte de la pandemia en Ecuador. JP Peirat como el vicepresidente de la Diputación, se pusieron en contacto conmigo y me dijeron que intentarían echar una mano para volver. Y dije que toda ayuda sería bienvenida. ¿Cómo se soluciona la situación? Me pusieron en contacto con el subdelegado territorial de Aragón, él me puso en contacto con uno del consulado español que trabaja de jefe se seguridad y es de Teruel. Estuvimos hablando y a los diez días ya nos llamaron del consulado porque había un vuelo para el 29 de abril, por si estábamos interesados. Y por supuesto dijimos que sí. ¿Cómo fue el vuelo de vuelta? Fue un viaje extraño, una odisea. Salimos un miércoles, con muchas medidas de seguridad en el aeropuerto. Pero al subir el avión iba a rebosar. Fuimos con mascarilla durante todo el viaje, que duró unas 15 horas. Llegamos a España el jueves a las 11 de la mañana. Cuando pudimos salir de allí, fue una odisea volver desde Madrid. ¿Qué hicisteis para llegar hasta Torre de Arcas? Intentamos sacar viajes de AVE y bus, pero iban llenos, fue imposible. Entonces sacamos billetes de tren de cercanías. Salimos a la 13.30 con el tren de cercanías y llegamos a las 18.30 de la tarde a Zaragoza. Como tampoco habría autobuses para ir a Alcañiz, previamente llamamos a un taxi de la zona y vino a recogernos en una furgoneta para mantener la distancia de seguridad. A las 19 llegamos a Alcañiz donde teníamos el coche, y de allí ya fuimos a casa. Salimos el miércoles a las 10 de la mañana y llegamos a casa a las 9 de la noche del jueves. Fue una aventura. Durante el trayecto, ¿pudisteis comer y beber? No, desde que salimos de Ecuador solo nos dieron de comer en el avión. Y hasta que llegamos a casa nada, todo estaba cerrado y no había nada que comer ni beber en ningún sitio. ¿Cómo viviste la situación del pueblo desde la distancia? El teniente alcalde y yo hablábamos por WhatsApp, pero no es lo mismo. Tienes la incerteza de que tampoco sabes si podrás volver y te sientes impotente de no poder hacer más y no ayudar al pueblo. Es un poco desesperante porque además tienes a los compañeros allí solos. Somos tres y al faltar uno se multiplica la responsabilidad del resto. Desde aquí ayudaba con lo poco que podía. Pero es duro no estar allí con la gente. ¿Qué hiciste al llegar a casa? Por seguridad hicimos una cuarentena de dos semanas, nos dijeron que no era obligado, pero decidimos hacerla voluntariamente después del viaje en avión. Además, me aconsejó el médico de hacerla durante el periodo de incubación.