Reflexionemos acerca de BULLYING
TITIN, EL NIÑO AVISPA
Titín volvía otra vez a casa sin merienda. Como casi siempre, uno de los chicos
mayores se la había quitado, amenazándole con pegarle una buena zurra. De camino,
Titín paró en el parque y se sentó en un banco tratando de controlar su enfado y su
rabia. Como era un chico sensible e inteligente, al poco rato lo había olvidado y
estaba disfrutando de las plantas y las flores. Entonces, revoloteando por los
rosales, vio una avispa y se asustó.
Al quitarse de allí, un pensamiento pasó por su cabeza. ¿Cómo podía ser que alguien
muchísimo más pequeño pudiera hacerle frente y asustarle? ¡Pero si eso era justo lo
que él mismo necesitaba para poder enfrentarse a los niños mayores!
Estuvo un ratito mirando los insectos, y cuando llegó a casa, ya
tenía claro el truco de la avispa: el miedo. Nunca podría luchar
con una persona, pero todos tenían tanto miedo a su picadura,
que la dejaban en paz. Así que Titín pasó la noche pensando
cuál sería su "picadura", buscando las cosas que asustaban a
aquellos grandulones.
Al día siguiente, Titín parecía otro. Ya no caminaba cabizbajo ni apartaba los ojos.
Estaba confiado, dispuesto a enfrentarse a quien fuera, pensando en su nuevo
trabajo de asustador, y llevaba su mochila cargada de "picaduras".
Así, el niño que le quitó el bocadillo se comió un sándwich de chorizo
picantísimo, tan picante que acabó llorando y tosiendo, y nunca más volvió a querer
comer nada de Titín. Otro niño mayor quiso pegarle, pero Titín no salió corriendo:
simplemente le dijo de memoria los teléfonos de sus padres, de su profesor, y de la
madre del propio niño; "si me pegas, todos se van a enterar y te llevarás un buen
castigo", le dijo, y viéndole tan decidido y valiente, el chico mayor le dejó en paz. Y a
otro abusón que quiso quitarle uno de sus juguetes, en lugar de entregarle el juguete
con miedo, le dió una tarjetita escrita por un policía amigo suyo, donde se leía "si
robas a este niño, te perseguiré hasta meterte en la cárcel"
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