¡A llenar el tarro!
Cuando hablamos de llenar el tarro, hacemos referencia a las reservas de energía o de fuerzas que acumulamos en nuestro interior y que por lo tanto forman parte de nuestra riqueza, por lo que éste resulta ser el primer paso, ya que necesitamos ser conscientes de nuestra valía porque permite asumir esfuerzos, imponerse de manera amable, ser creativos y desbordantes de ideas.
Ten una imagen positiva del niño
Recordemos la gran influencia que tenemos en los niños, por lo que debemos tener cuidado con lo que les decimos ya que todos los mensajes recibidos durante nuestra infancia prevalecen durante mucho tiempo, además, no olvidemos que esas imágenes que les damos, ya sea tanto positivas como negativas perduran hasta la etapa adulta.
Concéntrate en sus puntos fuertes
Si nuestras expresiones se imprimirán en el carácter de los pequeños dirígete deliberadamente a su identidad con declaraciones positivas. Recuerda que elogiar no significa consentir.
Vigila su postura corporal
Es importante que observemos a los niños y sus movimientos corporales a la hora de realizar alguna actividad, ya que esta nos dice mucho sobre su estado de ánimo y la calidad de las operaciones mentales que realizan, no olvidemos que esta puede influir significativamente en el funcionamiento cardiaco, circulatorio y respiratorio.
Entrena su percepción
En este caso conviene que fomentes agudizar la percepción interior como la exterior. Refiriéndonos a la interior como la forma de reconocer nuestro sentir hacia ciertas cosas que nos rodean, y la exterior hace referencia a lo que captan nuestros cinco sentidos del mundo exterior. Para esto puede usted sugerir a sus hijos algunos juegos de desafíos.