NEGLIJENCIA Narcos y Tragedia | страница 17

La tragedia anunciada que nadie evitó.

Valeria Chavez.

Las imágenes de la tragedia de Armero del 13 de noviembre de 1985 han quedado en la memoria del país entero, pero las lecciones no. Lo que allí sucedió debió ser la más poderosa lección de desarrollo sostenible del país, de haber aprendido algo sobre lo sucedido crisis tan graves como las asociadas a las inundaciones por causa de fenómenos podrían llegar a ser menos graves.

La lección es sencilla. Considerando que tenemos amenazas climáticas, geológicas, repartidas en todo el territorio, lo que estamos obligados a hacer es trabajar más en la reducción de riesgos de desastres. Pero la verdad no lo estamos haciendo.

Tenemos la política nacional de gestión de riesgos, pero está lejos de lo que debería ser. El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, debería ser capaz de anticiparse a los riesgos y a las situaciones de potenciales crisis como sequías, inundaciones o cualquier otro, esta gestión de riesgos debe evaluar, advertir y desarrollar planes para reducir las condiciones de riesgo en cualquier sector del país.

Con excepción de algunos municipios, lo que tenemos en Colombia no es más que una organización operativa que ofrece ayuda humanitaria de emergencia, con entrega de kits de alimentos y aseo, carro tanques con agua y algunos planes de respuesta. En realidad este “servicio” no es muy distinto al que se entregó ante de la tragedia de Armero.

Es necesario, para la conveniencia de todos, que el Gobierno Nacional tome un mejor camino: la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastre debe convertirse en una corporación que responda, con seriedad.

El legado que nos dejó Armero: compromiso con la reducción de los riesgos de desastre.