El veterano Steve Nash ha sucumbido a la fiebre amarilla con la esperanza de encontrar el anillo que tanto se le ha resistido y que tanto ha merecido, y que pondría el broche de oro a una de las mejores carreras de toda la historia de la liga.
El canadiense de 38 primaveras, 2 MVP, 8 All Stars y 16 temporadas en la liga ha dejado su número 13 de Phoenix Suns, vestido durante una década, para enfundarse el traje oro y púrpura de Los Lakers.
El base llega para ser la
referencia en uno de los puestos más vacíos de talento desde hace muchos años en el equipo de Los Ángeles. Será pieza clave para revalidar el título conseguido en 2010.
Posiblemente el último pívot dominante que queda en la liga, el que era llamado el sucesor de Shaquille O'neal y ahora con más motivos, ya que defenderá la posición y los colores que defendió el Superman original cuando consiguió los tres campeonatos seguidos (2000-2003).
Dwight Howard llevaba varios veranos siendo el culebrón en el mercado de fichajes: si iba a dejar Orlando para ir a Chicago, Nueva York, Nueva Jersey, Dallas, Miami o Lakers. Hasta que la temporada pasada parecía zanjar rumores renovando en los Magic. Pero en el mes de agosto anunció su fichaje por el equipo de Los Ángeles, cansado de las promesas del equipo de Florida. Cumple así su ambición de formar parte de un equipo ganador y que quiere luchar por el anillo desde ya.
El último gran pívot ha llegado: welcome to L.A.