Qué comer
cuando hace
calor
Durante los meses de verano cambiamos nuestros hábitos de vida y también
los alimentarios. Las altas temperaturas,
que por lo general se mantienen durante el
día y la noche, modifican nuestras apetencias: tomamos mayor cantidad de líquidos ya sea en forma de bebidas o sopas
frías; consumimos más frutas y verduras,
bien en ensaladas, bien a la parrilla o en
barbacoa; y sustituimos las comidas copiosas por otro tipo de platos, más fáciles
de elaborar y de digerir. La amplia variedad de frutas y hortalizas que nos brinda
esta época hace que durante estos meses
no falten ni las ensaladas ni las frutas en
nuestra mesa.
En verano el calor se convierte en el primer enemigo de los alimentos por lo que
conviene consumirlos lo antes posible,
mantenerlos bien refrigerados y, si se comen crudos, lavarlos concienzudamente
con agua donde se hayan diluido unas gotas de cloro para prevenir gastroenteritis
estivales. El segundo enemigo de los alimentos, sobre todo si se come al aire libre
o se está en contacto con la naturaleza,
son los insectos. Hay que procurar cerrar
bien los envases, no dejar rastros de migas
o azúcar sobre la mesa y tapar la comida
cuando no se esté degustando. Hay mos22 NATURASALUS
quiteras y queseras para mantener a raya
a las hormigas y moscas; un trapo limpio
también salvaguardará nuestros platos de
insectos curiosos.
A la hora de hacer la compra hay que leer
bien las etiquetas y la fecha de caducidad
de los productos. Una vez en casa, colocarlos en el lugar del refrigerador más
apropiado para cada uno de ellos. Los
alimentos congelados tienen el mismo
valor nutritivo que los frescos, pero hay
que evitar romper la cadena de frío. Una
vez descongelados no conviene volverlos
a congelar.
Ensaladas: Se convierten en protagonistas
indiscutibles de la gastronomía ve