NATURA SALUS MAGAZINE Año 3 No. 1 | Page 22

Qué comer cuando hace calor Durante los meses de verano cambiamos nuestros hábitos de vida y también los alimentarios. Las altas temperaturas, que por lo general se mantienen durante el día y la noche, modifican nuestras apetencias: tomamos mayor cantidad de líquidos ya sea en forma de bebidas o sopas frías; consumimos más frutas y verduras, bien en ensaladas, bien a la parrilla o en barbacoa; y sustituimos las comidas copiosas por otro tipo de platos, más fáciles de elaborar y de digerir. La amplia variedad de frutas y hortalizas que nos brinda esta época hace que durante estos meses no falten ni las ensaladas ni las frutas en nuestra mesa. En verano el calor se convierte en el primer enemigo de los alimentos por lo que conviene consumirlos lo antes posible, mantenerlos bien refrigerados y, si se comen crudos, lavarlos concienzudamente con agua donde se hayan diluido unas gotas de cloro para prevenir gastroenteritis estivales. El segundo enemigo de los alimentos, sobre todo si se come al aire libre o se está en contacto con la naturaleza, son los insectos. Hay que procurar cerrar bien los envases, no dejar rastros de migas o azúcar sobre la mesa y tapar la comida cuando no se esté degustando. Hay mos22 NATURASALUS quiteras y queseras para mantener a raya a las hormigas y moscas; un trapo limpio también salvaguardará nuestros platos de insectos curiosos. A la hora de hacer la compra hay que leer bien las etiquetas y la fecha de caducidad de los productos. Una vez en casa, colocarlos en el lugar del refrigerador más apropiado para cada uno de ellos. Los alimentos congelados tienen el mismo valor nutritivo que los frescos, pero hay que evitar romper la cadena de frío. Una vez descongelados no conviene volverlos a congelar. Ensaladas: Se convierten en protagonistas indiscutibles de la gastronomía ve