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Jesús Martínez
rece la pena reforzarlo y no tirar el edificio y construir uno
nuevo.
R. J.—Yo creía que el coste de las reparaciones no lo asumía
la comunidad. No creo que el vecino supiera que su piso tenía
aluminosis cuando lo compró…
R. H.—Si tienes un coche y se te pincha la rueda la pagas tú.
R. J.—Pero supongo que tú no sabes que has comprado un
coche con ruedas defectuosas.
R. H.—Ese ya es otro tema. Hay muchas vertientes. El
propietario es el responsable, y tenía que haberse informado.
La ley protege a las constructoras durante diez años. Pasado
ese tiempo es como si se hubiera acabado la garantía. Son los
propietarios los que se tienen que hacer cargo. Otra cosa es
que luego haya líneas de ayuda, subvenciones del Ayunta-
miento.
R. J.—El constructor, entonces, no pinta nada.
R. H.—Lo que te digo. En los primeros diez años tiene lo
que se llama la «garantía decenal» y cubre la parte estructural.
Los acabados tienen una garantía de dos años, etc.
R. J.—¿En qué periodo se construyó con aluminosis?
R. H.—De los cincuenta a finales de lo sesenta. Y luego ha
habido remesas de material que se han ido colocando en los
setenta.
R. J.—¿Los pisos con aluminosis se construyeron con mala
fe?
R. H.—No lo creo, otra cosa son estos edificios de los seten-
ta… Pueden bajarte la calidad de los materiales, pero lo que
está mal no se utiliza porque saben que les repercute a ellos
también, les pueden pedir responsabilidades.
R. J.—¿En algún momento habéis tenido que desalojar edi-
ficios por la aluminosis?
R. H.—Sí, si hacemos una inspección y vemos una patología