PRÓLOGO
En años de periodistas ejerciendo como predicadores laicos es
una gozada encontrar un gastador de suelas de zapatos que sale
a la calle para contar lo que ve y escuchar lo que le explican
hijos de la precariedad y gentes que no son conscientes de que
este mundo se cae a pedazos.
En el índice con 107 entradas conviven realismo duro y su-
rrealismo poético, porque de ambas cosas está bien surtida la
calle que se tiñe con el gris de la aluminosis –que llena de
zozobra a los vecinos que viven en pisos afectados– y que se
tiñe con el amarillo de las cajas de Glovo, con sus ciclistas y sus
muchas historias que contar.
No es extraño que María Candel circule con paso rápido
por unas líneas del libro, porque en sus páginas late furioso y
justiciero el cálido aliento candeliano.
JOSÉ MARTÍ GÓMEZ
Periodista