INTRODUCCIÓN
Películas de aluminosis
Aluminosis es especulación.
Las historias de Naruto tienen aluminosis; no una alumino-
sis corpórea, entendámonos, sino una aluminosis metafórica,
de las que se pueden ver al trasluz con ojos bizcos.
En estas historias siempre hay algo que se acaba derruyendo.
A veces, son las mismas vidas de sus protagonistas, anquilo-
sadas, volteadas, agotadas: vidas consumidas en una Barcelona
que ya no es suya. Y otras veces, lo que se cae al precipicio es
una idea, la concepción de algo que en su momento fue mara-
villoso y que hoy no sirve o no nos merece.
Barcelona se ha hecho grande fundiendo sus barrios, aun de-
jándoles la libertad suficiente para que su adhesión no se con-
vierta en una uniformidad que asusta. Barcelona ha juntado
sus barrios, los ha sellado y se ha lanzado a por sus contornos,
hasta el punto de que sus límites naturales (Besòs, Llobregat,
mar, montaña) se han visto desbordados. En el 2020, Barcelo-
na llega hasta Mataró.
Las líneas divisorias son cartográficas, de escuadra y carta-
bón y cintas metálicas.
En ese paisaje, el transeúnte, que hace mucho se vistió de
flâneur, ha devenido en ciudadano emérito. Como decía el pe-
riodista y escritor Paco Candel en Barrio: «Me encontré con
que era un barrio».