ABUSO DE SUSTANCIAS.
Las sustancias psicoactivas son diversos com-
puestos naturales o sintéticos, que actúan sobre
el sistema nervioso generando alteraciones en las
funciones que regulan pensamientos, emociones
y el comportamiento. Existen regulaciones para el
control y fiscalización del uso de estas sustan-
cias, ya sea para uso recreativo, como el alcohol
o el tabaco; para uso farmacológico, como los
tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o de uso
general, como los solventes industriales. Hay un
grupo cuyo uso es considerado ilícito y solo auto-
rizado con fines médicos o de investigación, co-
mo el caso de la cocaína y sus derivados.
El uso de sustancias psicoactivas siempre implica
un grado de riesgo de sufrir consecuencias ad-
versas sobre distintos órganos y sistemas, las
cuales pueden darse en el corto plazo, como en
el caso de la intoxicación, la cual incrementa el
riesgo de lesiones por accidentes o agresión, así
como conductas sexuales en condiciones inse-
guras. El uso repetido y prolongado en el tiempo
de estas sustancias, favorece el desarrollo de
trastornos por dependencia, que son trastornos
crónicos y recurrentes, caracterizados por necesi-
dad intensa de la sustancia y pérdida de la capa-
cidad de controlar su consumo, a pesar de conse-
cuencias adversas en el estado de salud o en el
funcionamiento interpersonal, familiar, académi-
co,
laboral
o
legal.
El daño asociado al uso de sustancias psicoacti-
vas, a corto o a largo plazo, depende de la inter-
acción de un conjunto de factores, tales como el
tipo de sustancia y la forma de consumo, las ca-
racterísticas personales, físicas y psicológicas,
del consumidor, pero también del contexto social
en el que se produce el consumo.
Existen numerosas intervenciones con base en la
evidencia científica, que son efectivas en la re-
ducción del uso de sustancias y de sus impacto
en la salud, ya sea previniendo el uso, abordando
tempranamente la población en riesgo, tratando
la dependencia o las consecuencias adversas
del uso y favoreciendo la recuperación en el me-
diano y largo plazo. El tratamiento debe ser acce-
sible, especialmente para los grupos más vulne-
rables, adecuado a las necesidades y perfil parti-
culares de la población usuaria, mantenido en el
largo plazo, enfocado a la recuperación y al res-
guardo de los derechos humanos.
Fuente: WHO. (2018). Abuso de sustancias. 29
de Junio del 2018, de world health organization
Sitio web: http://www.who.int/substance_abuse/
en/
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