El año 2009 fue designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Año Internacional del Gorila, una campaña mundial de educación y conservación destinada a garantizar un futuro para este primo cercano de la humanidad, debido a las alarmantes cifras de reducción de esta especie.
Dadas las actuales condiciones a las que tienen que enfrentarse los pobladores de la República del Congo, es imprescindible que tomen conciencia de la importancia de mantener el medioambiente y consecuentemente la preservación de las especies.
Hay pocas zonas en África que poseen el privilegio de albergar a la reducida población de gorilas que quedan y aunque esto resulte triste, es un beneficio en el campo del ecoturismo que debe ser aprovechado por los habitantes de estas regiones en general y del Parque Nacional de Odzala en particular.
El ecoturismo, sin embargo, es un recurso que no puede ser manejado con ligereza, ya que en lugar de traer beneficios tanto para los seres humanos como para los gorilas, puede resultar totalmente perjudicial si no se hacen algunas consideraciones tales como la capacidad del parque, el mantenimiento de los bosques, la salud de los animales y la influencia que tiene el ser humano en el contagio de enfermedades.
Todo esto implica una serie de políticas gubernamentales en coordinación con organismos especializados en el tema.
Las primeras asociaciones de protección de los grandes monos aparecieron hace treinta años: el Instituto Jane Goodall se fundó en 1977 y la Fundación DIAN Fossey un año más tarde.
Desde entonces, se han creado varias decenas de organismos. Muchas son fundaciones que recaudan dinero en los países occidentales para financiar acciones de protección, investigación y sensibilización de las poblaciones locales.
Por ejemplo, el Fondo Dian Fossey financia el centro de investigaciones de Karisoke, en Ruanda, que desempeña un papel central en la protección de los gorilas de montaña.
Las agencias de Naciones Unidas (Unesco y PNUMA), así como las organizaciones de defensa de la naturaleza como el WWF, también contribuyen a la lucha en favor de los grandes monos.