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22 | Comercio Exterior
ser "grandes exportadores de materias
primas y abiertos financieramente", crecerán casi cuatro por ciento. Pero se verá
particularmente restringido por falta de
inversión, casi igual que en 2013.
leciendo mecanismos de cooperación
que tiendan a aliviar los efectos que las
crisis de uno y otro gigante del
Mercosur producen en cada uno de sus
complejos productivos.
Argentina, se llevará la peor parte
y se ubica entre los que vivirán un
escenario "menos favorable", por presiones como la inflación, la balanza de
pagos y la situación del mercado
interno. De todas maneras, es aún
muy pronto para hacer aseveraciones
contundentes sobre la relación con
Brasil. El panorama cambiario argentino es incierto y requiere de nuevas
acciones del gobierno, que seguramente se verán durante los meses de
marzo y abril.
Los mecanismos de asistencia podrían ser, por ejemplo, financiar grandes
obras de impacto en la competitividad
del Mercosur, en sectores como infraestructura y transporte, también podrían
incluirse medidas como préstamos contingentes del gobierno de Brasil, o una
línea de crédito para financiar las adquisiciones por socios del Mercosur.
Lo que hubo en Argentina no fue
una depreciación competitiva, que
busque generar ventajas en particular
en el comercio, sino la respuesta a un
problema financiero. Argentina sufre
una vertiginosa caída de sus reservas
de divisas, de unos 23.000 millones de
dólares desde 2011. Eso, sumado a sus
dificultades para acceder al crédito
internacional tras la cesación de pagos
de 2001, obligó al control cambiario en
octubre de 2011.
El escenario brasilero es diferente,
aunque enfrenta una desaceleración
de la economía acompañada por una
caída en la inversión directa, la situación financiera es más sólida, tiene un
importante respaldo de reservas internacionales. Actualmente el gigante
latinoamericano cuenta con U$S
370.000 millones en reservas, mientras
que la Argentina está debajo de U$S
30.000 millones. En síntesis la situación
financiera brasilera es sólida, y esto le
permite pilotear mejor la crisis evitando que los vaivenes argentinos lo afecten de manera profunda.
Sin embargo, este puede ser el
momento para reflotar una agenda de
cooperación entre ambos países, forta-
Y si Brasil se ve afectado por la
devaluación del peso, que es uno de los
eslabones débiles del MERCOSUR, las
autoridades económicas del Uruguay,
los industriales exportadores y los operadores turísticos reaccionaron con preocupación por la nueva realidad económica argentina. Aunque no está claro
aún cuál será el nuevo panorama, sí es
claro que el primer impacto para el país
oriental será negativo, tanto para el
comercio de bienes como para el turismo entrante y saliente.
De todas maneras, la programación macroeconómica que hizo el
gobierno uruguayo para este año ya
contemplaba un escenario deteriorado en Argentina, como continuidad
de 2013. Por lo que si bien no hay
dudas que los vaivenes argentinos
afectaran de manera directa a
Uruguay, se espera compensarlos
con el aumento de la demanda interna, un crecimiento exponencial de la
exportación de productos agroindustriales y algunos importantes proyectos de inversión que espera que vecino país para 2014.
De todas maneras, pasadas las
crisis coyunturales, habrá que de
darse un espacio de debate serio y
consciente acerca de los motivos del
fracaso del proceso de integración
sudamericana.