círculo porque pasó de ser una práctica autoerótica a
ser para la complacencia falocéntrica).
No sé cómo son actualmente las danzas que menciona Gimbutas en Rumanía, pero en Sudan, las mujeres de la tribu Nubas todavía practican estas danzas
sexuales, según el testimonio del reportaje fotográfico
de Antonio Cores, de 197535.
Rastrear el origen de los juegos de corro (empezando
por nuestro inocente corro de la patata y su achupé,
achupé, sentadita me quedé, o a estirar, a estirar, que
el demonio va a pasar, etc), nos lleva a una sexualidad
de las niñas hecha verdadera cultura36. Para rastrear el
origen de las danzas del vientre que hoy conocemos
tendríamos que remontarnos al paleolítico, pues no
solo hay cerámica y pinturas del neolítico de las danzas femeninas en corro, sino hasta de esa época hay
una pintura de mujeres danzantes en la cueva de Cogull en Lérida (como cita en su libro Merelo-Barberá),
y otras en Cerdeña; y por último, están los akelarres
en donde las mujeres/brujas se juntaban por la noche
35 Colgado en: www.antoniocores.com/Sudan-Photographs/006Niaro-danza
36 MARI CRUZ GARRIDO, El juego del corro en la cultura femenina, Inédito 2006. Por su parte, Karmele O’Hanguren en un artículo
en el Gara, 29 de septiembre 2001, “La danza del vientre regula la
menstruación” asegura que la danza del vientre no tiene fecha de
nacimiento, pero parece ser la supervivencia de una forma de danza
ligada a los ritos de fertilidad y maternidad, ya que reproduce simbólicamente los movimientos de la concepción y del alumbramiento...
En sus distintas versiones, que van desde el raks sharki con mósica
clásica árabe, al estilo baladí más popular, la danza del vientre es
uno de los bailes más sensuales del mundo reservado ónicamente
a mujeres.
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