Elizabeth empezó entonces su trabajo para ser aceptada en una facultad de medicina: ¡fue negada en todas! Algunos decían para intentar estudiar en París, donde la enseñanza era más liberal, otros la aconsejaron a disimularse de hombre. Finalmente, en 1847, acabó entrando en el Geneva Medical College, pero casi por accidente: sin saber cómo tomar la decisión, los profesores de la escuela hicieron una votación entre los 150 alumnos varones. Si alguno votara en contra, ella no sería aceptada. Como los alumnos creyeron que la historia era una broma, votaron por unanimidad para aceptar a su compañera mujer.
A pesar del preconcepto inicial, Blackwell fue bien aceptada por los profesores y colegas! De hecho, mejoró hasta el nivel de la escuela, pues en respeto a la presencia de una mujer, los colegas se comporta como caballeros y asumieron una postura más adulta. Finalmente, en 1849, Elizabeth Blackwell se convirtió en la primera mujer del mundo en graduarse en Medicina.