Mujeres (2ª edición) | Page 45

el amor y la ternura. Hay en esto signos para los que reflexionan. (Sura 30:20) SURA XXXIII. Los confederados 49. ¡Oh profeta!. Te está permitido casarte con las mujeres que hayas dotado y con las cautivas que Dios haya hecho caer en tus manos; con las hijas de tus tíos y de tus tías paternos y maternos que han emprendido la huida contigo, y con toda mujer fiel que haya dado su alma al profeta, si el profeta quiere casarse con ella. Es ésta una prerrogativa que te concedemos sobre los otros creyentes. (Sura 33:49) 51. Puedes dar esperanza a la que quieras y recibir en tu lecho a la que quieras y a la que desees de nuevo después de haberla dejado. No serás culpable obrando así. Así será más fácil consolarlas. Que ellas no sean jamás afligidas, que todas estén satisfechas de lo que tú les concedes. Dios conoce vuestros corazones; es sabio y humano. (Sura 33:51) 59. ¡Oh profeta!. Prescribe a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que dejen caer su velo hasta abajo; así será más fácil obtener que no sean desconocidas ni calumniadas. Dios es indulgente y misericordioso. (Sura 33:59) SURA LXVI. La prohibición 5. Si os repudia, Dios puede darle esposas mejores que vosotras; mujeres musulmanas y creyentes piadosas, que gustan de arrepentirse, sumisas, que observan el ayuno, tanto mujeres casadas como vírgenes. (Sura 66:5) 43