En la película "La sociedad de los poetas muertos" Mr. Keating fue un hombre que siempre se mantuvo íntegro y correcto en sus acciones, quien, a pesar de los inconvenientes, permaneció firme en sus ideales y que siguió en todo momento su propia verdad: La verdad de educar a sus estudiantes como unos libres pensadores que tuvieran la sensibilidad de aprovechar cada instante de la vida.
“Me interné en los bosques porque quería vivir intensamente; quería ‘sacarle el jugo’ a la vida. Desterrar todo lo que no fuese vida, para así, no descubrir en el instante de mi muerte que no había vivido”.
Por esta razón, Mr. Keating es una figura de probidad: por su amor a la profesión docente y por sus actos y personalidad intachables.
Mr Keating fue un hombre que siempre buscó inspirar a los demás y dejar en ellos palabras memorables que perduraran en el tiempo.