MOTEO Nº8 Moteo Nº8 - Todas las novedades de 2020 - | Page 27

OYES E C N E I R E Z-EXP Nos enfundamos el mono de cuero para “volver al colegio” en los cursos itineratnes para adultos del Noyes Camp, que en su primera parada han visitado la Comunidad de Madrid. P ocos apellidos hay más célebres en el mundo de las carreras de motos en nuestro país que el de Noyes. Primero fue Dennis que llegó de Estados Unidos y combinó las carreras como piloto con su labor de periodista y después fue Kenny, que siguió sus pasos como piloto. Después de lograr el título del AMA ProSingles de dirt track, Kenny volvió a España para empezar en velocidad y comenzar una carrera deportiva exitosa que lo llevó hasta el Mundial de Moto2 y a ser campeón de la Copa FIM de SuperStock 1000 en 2014. Pero los Noyes respiran pasión por las dos ruedas y además de competir crearon una escuela de pilotaje, el Noyes Camp. Primero tuvo su sede en MotorLand Aragón, ahora la tiene en Valencia pero no paran de evolucionar y este año han puesto en marcha sus cursos itinerantes “Z-Experience”. Nosotros hemos tenido la suerte de poder conocer de primera mano cómo son estos cursos que visitaban por primera vez la Comunidad de Madrid. El circuito de VillaRace, en Villarejo de Salvanés acogió dos jornadas en las que veinte alumnos pasaron por las instalaciones. Y es que una de las premisas del Noyes Camp es la de atender a los participantes con cercanía y efectividad y eso se consigue con cursos con plazas limitadas. En cuanto a la moto, nos sorprendió la pequeña Kawasaki Z125 Pro. Poco tiene que ver con la Z125 que probamos en Moteo hace unos meses más allá de ser una Kawasaki. Es una moto pequeña, corta entre ejes, con neumáticos pequeños pero con una posición cómoda para los adultos. Una de las peculiaridades de los “Z-Experience” es que toda la actividad se concentra en un día y se basan únicamente en trabajar con la Z 125 Pro mientras que en los cursos que se celebran en Cheste también se prueban las Ninja 250 e incluso se trabaja con pit-bike en un curso de fin de semana (2 días). Así pues, una vez hechas las presentaciones, toca el momento de ponerse el mono y empezar a “trabajar”. Aquí los apuntes se toman mentalmente y empiezan con una vuelta a pie al trazado. Todos los “cursillistas” van conociendo el trazado y sus trucos siguiendo las instrucciones de los monitores del Noyes Camp. Una vez completada la vuelta llega el momento de calentar y es que en circuito montar en moto es un ejercicio físico así que hay que estar preparado. Las ganas de arrancar se pueden palpar y ahí están las Z125 Pro preparadas para rodar. La primera tanda es solamente una toma de contacto tanto con el circuito como con las motos, que son muy activas y reaccionan a la más mínima insinuación, pero a la vez tienen mucho aplomo y dan mucha confianza. Ya en la segunda salida a pista, que se hace separado por grupos de cinco, los monitores también rodando, empiezan a observar todas las cosas que se van haciendo en la moto. Además, desde fuera Kenny Noyes también vigila la evolución y cuando se para llega el momento de los primeros consejos. Según va avanzando la jornada llega uno de los primeros momentos claves y los monitores comienzan a grabarte para hacerte ver los puntos en los que se puede mejorar. Pero no se busca ir más rápido sino más seguro y esto se consigue sabiendo cómo colocarse encima de la moto y cómo gestionar cada momento. Una vez atendido a las explicaciones, de vuelta a pista para seguir trabajando y buscando llevar a la práctica la teoría, que es lo más difícil. El día continúa con sus tandas y las explicaciones y consejos en cada una de las paradas o, si es necesario, parándose durante la propia tanda en una zona del circuito destinado a ello para llegar a la “Superpole”. Ahí sí que consiste en ir todo lo rápido que puedas, le da ese aliciente de las carreras al curso pero no puedes despistarte en las posiciones porque detrás va el monitor y luego si te has olvidado de todo para ir a saco te van a “tirar de las orejas”. Para acabar una jornada que se pasa volando nos encontramos una carrera, pero de lentos. Gana el que llegue el último y hay que mantener el equilibrio, clave para seguir evolucionando. Después una última tanda, quitarse el mono y a casa. Todo lo bueno se acaba... Eso sí, el Noyes Camp volverá a Madrid en 2020 y no pensamos perdérnoslo.