Hacia una perspectiva crítica, que visibilice a los varones en la participación social.
contorno de estudio, donde el feminismo y
movimiento LGBT, han permitido cuestionar y a
veces de reojo voltear a ver a los varones desde lo
que hacen y lo que dejan de hacer, cuestionando las
prácticas y formas de justificar la situación machista,
hasta llegar a tener una visión más amplia de ellos.
El ejercicio del poder machista, así como sus
producciones sociales, políticas, históricas y
estructurales (además de los procesos que lo
permiten en las mentalidades colectivas, como
Bourdieu P., en sus representaciones simbólicas,
como maneras de representar el mundo),
entrelazando un discurso de las prácticas machistas
y sus implicaciones en la vida de los grupos no
hegemónicos, situando este entramado de
discursos disidentes se ubica como un contrapeso
que revela testimonios del machismo encarnado y
simbólico. Visualizar esta situación, subraya las
formas en que la hegemonía se ha
materializado, haciendo énfasis en no sólo las
relaciones de poder, sino en la sexualidad, las
orientaciones eróticas-afectivas, así como las
identidades objetivadas y llevadas al plano de la
institucionalización como es el caso de la
heterosexualidad, “donde se convierte en una
institución, por encima de las disidencias
identitarias, como prácticas sexuales no
hegemónicas.
Sin adentrar en una revisión histórica de la
aparición de la nomenclatura de la incipiente
teorización de la masculinidad, apuntalar ya de
por sí, éste concepto es ponerlo en el terreno no
sólo académico, sino político, intentando tomar
su distancia o similitud con otros movimientos,
Foto: larazon.es
pero que aún no tiene una identidad reconocible ni acción semejante que contenga la inconformidad,
descontento de la supuesta critica al “privilegio machista” de ser quién es y lo que provoca eso en la vida
de las personas (algunas organizaciones civiles, grupos de académicos, y varones pro feministas han
aportado al estudio de “la masculinidad”, aunque en ciertos temas y casi que vinculando masculinidad
con heterosexualidad o bien, masculinidad con machismo). Los temas han despuntado en situaciones
críticas, urgentes, como la violencia, las adicciones, paternidad, algunos temas de salud, entre otros que
los han puestos en una parte crucial de las problemáticas colectivas e individuales, pero que descontando
esos temas, la producción en otros textos, ha sido limitado y menos aún generar una perspectiva que dé
cuenta de otros fenómenos causales que subyacen a su situación, (Figueroa P.), donde los varones tienen
pérdidas en el ejercicio de su paternidad al ser vistos sólo como proveedores, donde lo afectivo es limitado
y en su suposición, plantear ¿cómo viven ellos sus pérdidas de sus hijos/as? ¿Tendrá que ver con el
consumo de alcohol y otras drogas? Suicidios… dejándolo abierto para posibles investigaciones.
Este artículo continuará en el tercer número de Morelos Violeta.
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