Morelos violeta No.2 Mayo - Junio | Page 17

Hacia una perspectiva crítica, que visibilice a los varones en la participación social. contorno de estudio, donde el feminismo y movimiento LGBT, han permitido cuestionar y a veces de reojo voltear a ver a los varones desde lo que hacen y lo que dejan de hacer, cuestionando las prácticas y formas de justificar la situación machista, hasta llegar a tener una visión más amplia de ellos. El ejercicio del poder machista, así como sus producciones sociales, políticas, históricas y estructurales (además de los procesos que lo permiten en las mentalidades colectivas, como Bourdieu P., en sus representaciones simbólicas, como maneras de representar el mundo), entrelazando un discurso de las prácticas machistas y sus implicaciones en la vida de los grupos no hegemónicos, situando este entramado de discursos disidentes se ubica como un contrapeso que revela testimonios del machismo encarnado y simbólico. Visualizar esta situación, subraya las formas en que la hegemonía se ha materializado, haciendo énfasis en no sólo las relaciones de poder, sino en la sexualidad, las orientaciones eróticas-afectivas, así como las identidades objetivadas y llevadas al plano de la institucionalización como es el caso de la heterosexualidad, “donde se convierte en una institución, por encima de las disidencias identitarias, como prácticas sexuales no hegemónicas. Sin adentrar en una revisión histórica de la aparición de la nomenclatura de la incipiente teorización de la masculinidad, apuntalar ya de por sí, éste concepto es ponerlo en el terreno no sólo académico, sino político, intentando tomar su distancia o similitud con otros movimientos, Foto: larazon.es pero que aún no tiene una identidad reconocible ni acción semejante que contenga la inconformidad, descontento de la supuesta critica al “privilegio machista” de ser quién es y lo que provoca eso en la vida de las personas (algunas organizaciones civiles, grupos de académicos, y varones pro feministas han aportado al estudio de “la masculinidad”, aunque en ciertos temas y casi que vinculando masculinidad con heterosexualidad o bien, masculinidad con machismo). Los temas han despuntado en situaciones críticas, urgentes, como la violencia, las adicciones, paternidad, algunos temas de salud, entre otros que los han puestos en una parte crucial de las problemáticas colectivas e individuales, pero que descontando esos temas, la producción en otros textos, ha sido limitado y menos aún generar una perspectiva que dé cuenta de otros fenómenos causales que subyacen a su situación, (Figueroa P.), donde los varones tienen pérdidas en el ejercicio de su paternidad al ser vistos sólo como proveedores, donde lo afectivo es limitado y en su suposición, plantear ¿cómo viven ellos sus pérdidas de sus hijos/as? ¿Tendrá que ver con el consumo de alcohol y otras drogas? Suicidios… dejándolo abierto para posibles investigaciones. Este artículo continuará en el tercer número de Morelos Violeta. 16