Imagen: Resistencia Lúcida
Hacia una perspectiva crítica, que visibilice
a los varones en la participación social
Por José Juan Sanvicente Cisneros.
El miedo ó enojo, más frecuente es suponer
que con cuestionar al machismo
será dejar de ser sí mismos, que destruirá a la sociedad,
siendo una suposición equivoca, no se destruye,
sólo la inexorable transformación de todo grupo social.
JJSC
L os
estudios de género aparecen como una
propuesta legitimadora de un campo de teórico y
político, no sólo de una acción de un grupo de
mujeres, sino de una acción social que pone a la luz
del discurso oficial, un impase de las incongruencias
que se legitiman desde la hegemonía. No podía
verse, hasta en tanto el discurso no se plantea esos
horizontes críticos y autocríticos que permiten
distanciarse de la ideología. Difícilmente un
discurso ofrece su “botón rojo” de autodestrucción,
tiene que venir de afuera con un paradigma que lo
critique, reformulando un nuevo saber, lo mismo
ocurre con el análisis de la situación entre mujeres y
varones, ofrecido desde el enfoque de género, como
lucha de poder, típicamente subrayando, las
desigualdades que ejerce el machismo, violencia,
patriarcado entre otros elementos, en las relaciones
humanas, matizando las relaciones entre varones y
mujeres. Las desigualdades de género evidencian
un “sistema de privilegios masculinos” que dispone
de elementos diversos que subsumen a grupos no
favorecidos (principalmente mujeres) en excluirlos
de esos beneficios y peor aún, llevar ese ejercicio al
terreno de la normalización o naturalización (que
para siguientes análisis habrá que desnaturalizar lo
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normal), oscurecidas las relaciones humanas por
las “naturalizaciones” que son traducidas en
formas de discriminaciones diversas, justificadas
a manera de tradiciones, leyes, cultura, o como
se quiera revisar, sólo se convierten en prácticas
de auto legitimación de sus discursos para
continuar engendrando ese ciclo. Entonces,
estos discursos paradigmáticos no pondrán en
su existir el virus que le destruya, sino todo un
sistema de defensas que le permitan mutar para
continuar preservando su condición más básica;
existir. Por ello que al venir discursos que le
deslegitiman, estos hacen lo necesario para
repelerlo, a la luz del género así sucede, la
imposición machista dispone de argumentos
varios para intentar conservarse, un desafío que
provoca contrapesos es el feminismo y su
herramienta, los estudios de género, generado
en tiempo reciente, al momento de escribir este
texto, que los grupos conservadores la han
llamado, ideología de género (poniéndola en el
contexto de la deslegitimación o cómo un
discursillo de gente disidente y disparatada).