Momentos y miradas sobre la conquista revista digital | Page 6
El Inca era la mayor autoridad. Daba órdenes que debían cumplir los
gobernadores de las distintas regiones. Cuando alguna población se
rebelaba, el Inca tenía un poderosísimo ejército. El Inca, los
gobernadores, los funcionarios, los guerreros y los sacerdotes tenían
riqueza y poder. Eran la nobleza. Para ellos trabajaban los campesinos,
ellos cultivaban la tierra, construían templos, depósitos, puentes y
caminos o trabajaban en las minas de plata, oro y cobre.
El Inca era un dios. El hijo del sol. Era poderoso y respetado. Nadie
podía tocarlo, vestía ropa finísima y bebía en vajilla de oro. Todo se
usaba una sola vez, luego se rompía y se tiraba. El Inca tenía varias
mujeres, la principal se llamaba Coya. Coya era casi siempre media
hermana del emperador y solo los hijos de ellos podían heredar el
cargo del padre.
Los incas adoraban al dios de la lluvia, el rayo y el trueno. Y por
supuesto a la diosa Tierra. Veneraban a sus antepasados, al sol y su
hermana la diosa Luna.