Momentos y miradas sobre la conquista revista digital | Page 26
logran cazar ciervos entonces se beben la sangre o comen raíces para
combatir la sed.
Nuestro general Pedro Mendoza envío a un alcalde Juan Pavón con dos jinetes
para que se acercara al sitio de los carandíes que estaban a cuatro millas de
nuestro real. Y cuando llegaron les sucedió que salieron los tres bien
escarmentados teniendo que volver enseguida. Cuando Pedro Mendoza supo
del hecho envío a su hermano Diego con 300 soldados y 30 jinetes bien
pertrechados. Yo iba con ellos. Teníamos orden de apresar o matar a todos
estos indios carandíes y apoderarnos de su pueblo. Pero cuando nos acercamos
a ellos ya había 4000 hombres porque habían reunido a sus amigos.
Capítulo VIII La batalla con los indios querandí
Se defendieron con mucho brío. Mataron a nuestro capitán don Diego
Mendoza y con él a 6 hidalgos de a pie y de a caballo. De los nuestros cayeron
unos 20 y de ellos como mil.
Estos carandíes usan para la pelea arcos y flechas con punta. También emplean
unas bolas de piedra atadas a un cordel largo del tamaño de las bolas de plomo
que usamos en Alemania. Con estas bolas enriedan las patas del caballo cuando
corren y lo hacen caer. Con estas bolas mataron a nuestro capitán y a los
hidalgos.
Lo vi yo con los ojos de esta cara. Así pues Dios que todo lo puede nos dio el
triunfo y tomar el pueblo pero no pudimos apresar a uno solo de aquellos indios
porque sus mujeres e hijos ya habían escapado antes de que entremos. Dejamos
100 de nuestros hombres en el pueblo para que pescaran con las redes de los
indios y nos consiguieran alimento.
Capítulos vI, VII y VIII de la Crónica Viaje al Río de la Plata escrita por el
conquistador e integrante de la expedición de Pedro de mendoza, Ulrico Shmidl
(1567)