PÁGINA 4 | MOMENTOS | SORTEM
A pesar de la fama con la que cuenta el sector
funerario, mi experiencia me dicta que son muchos
los profesionales que hacen su trabajo de corazón,
gente que se implica de verdad con familiares que
están pasando una situación emocional difícil.
Gente que se preocupa por sus clientes y su
bienestar, que se lleva los sentimientos a su casa y
que algunas veces le pesan a las 3 de la mañana.
Uno de los trabajos del funerario es dignificar al
difunto y a su familia para que pueda darse una
despedida significativa que ayude al familiar a
cerrar una etapa emocional y adentrarse en otra.
Para ello, las funerarias se encargan de la
presentación del difunto, ofrecen espacios
adecuados para fomentar una buena experiencia y
llevan a cabo ritos que faciliten una buena
despedida.
Sin embargo, las herramientas que utilizan los
trabajadores no están disponibles durante la
pandemia: los difuntos no se pueden preparar, los
familiares no acuden a despedirse de su ser
querido y los funerales ya no se celebran como se
han hecho siempre.
A pesar de ello, los profesionales de corazón,
aquellos que aman su trabajo, han decidido dar la
talla y crecerse ante una situación que pide más de
URTZI CRISTOBAL
FORMADOR Y PSICÓLOGO ESPECIALISTA
EN CUIDADOS PALIATIVOS Y DUELO
ellos. Saben que muchos de los difuntos han
muerto solos, sin familiares y sin que nadie les
sujetara la mano durante sus últimos instantes de
vida. No obstante, en vez de resignarse a este
hecho, han decidido aportar su grano de arena y
despedirse del difunto de parte de sus familiares
ausentes. Mediante este hecho, los trabajadores
están apelando tanto a la humanidad del difunto
como a la suya propia. Se despiden del difunto
sabiendo que tienen la obligación moral de
comportarse con él de la misma manera que les
gustaría que se comportaran con ellos si
estuvieran en la misma situación. Colocan una flor
sobre el féretro y le desean una buena transición, a
donde sea que vayan los muertos.
TODO LO QUE ESTÁN
VIVIENDO AHORA,
PASARÁ FACTURA
CUANDO ESTO ACABE
Con este proceso dignifican una vez más al difunto
y a su familia. Han encontrado una manera de
adaptarse y llegar al mismo objetivo reinventando
el proceso. No obstante, todos reconocen un hecho
al unísono: todo lo que están viviendo ahora,
pasará factura cuando esto acabe.
En primer lugar, me gustaría agradecer a todos los
profesionales que se están dejando la piel cada día
para ofrecer una despedida digna. Al fin y al cabo,
lo hacen por nosotros y nuestros seres queridos. Y
en segundo y último lugar, quisiera apelar a la
obligación moral que tenemos todos aquellos que
podemos apoyar al sector funerario. La factura
llegará y debemos estar ahí para ellos cuando sea
el caso. Como decía al inicio del artículo, los
trabajadores de la funeraria están acostumbrados a
llevar una carga, que deriva de una dificultad
social hacia la muerte y no les pertenece solo a
ellos. Es hora de que los que podamos ayudar
aliviemos su carga.
Abril _ 2020
www. sortem.es